El diésel sigue siendo para algunas marcas un valor seguro. Es el caso de Audi, que ha apostado claramente por la "dieselización" de parte de su gama deportiva, como atestiguan las nuevas generaciones de los Audi S4, Audi S5, Audi S6 o Audi S7, todas ellas propulsadas por un motor de gasóleo. El Audi SQ7 fue pionero en su gama, siendo el primer Audi S con motor diésel acoplado a un sistema de turbocompresores eléctricos.
Ahora, tres años después de su lanzamiento, Audi renueva el aspecto y la tecnología del Audi SQ7 para dotarlo de la línea de diseño del recién actualizado Audi Q7. Así pues, el nuevo Audi SQ7 recibe un diseño exterior aún más agresivo, en el que destaca sobre todo la parrilla delantera, de proporciones gigantescas, aunque no es el único detalle clave: elementos como las llantas, de nuevo diseño, los paragolpes o el color de la carrocería son también específicos de esta versión. Las salidas de escape posteriores también son nuevas, pasando a ser redondeadas para unificar la imagen con el resto de modelos de la familia Audi S.
En el interior nos encontramos con el mismo salpicadero del Audi Q7 2020, prácticamente calcado al que ya monta el Audi Q8, con una calidad de realización excelente gracias a unos materiales y ajustes de primera. No faltan a la cita las numerosas pantallas con las que controlar buena parte de los sistemas del vehículo, así como elementos como las molduras decorativas rematadas -de forma opcional- en fibra de carbono.
Los asientos y volante deportivos son de serie en esta versión, estando tapizados en cuero. Como viene siendo habitual en la marca de los cuatro aros, la lista de equipamiento opcional es prácticamente inacabable: desde iluminación ambiental por todo el interior con más de 30 colores a elegir hasta el equipo de sonido Bang&Olufsen, pasando por un techo panorámico de grandes dimensiones o la posibilidad de contar con masaje en los asientos delanteros.
Mecánicamente los cambios en el motor son mínimos: ahora es algo más eficiente, pero sus cifras de rendimiento se mantienen intactas con 435 CV y 900 NM que se transmiten al suelo a través de una caja automática de 8 velocidades y un sistema de tracción integral permanente. De forma opcional se puede optar por una nueva suspensión inteligente, capaz de eliminar el balanceo de la carrocería manteniendo la comodidad en todo momento. Son de serie, eso sí, la amortiguación neumática con control de nivel o la dirección integral a las cuatro ruedas.