Panasonic y Toyota crean una nueva joint-venture para fabricar baterías

Los lazos entre dos de las multinacionales más grandes de Japón se han estrechado aún más. La relación entre Panasonic y Toyota viene de lejos, quedando patente a su vez en el automovilismo, donde hemos visto a los monoplazas de Fórmula 1 vestidos con los logotipos del gigante tecnológico, algo que se ha prolongado con el tiempo, ya que, en la actualidad, el Toyota Yaris WRC campeón por equipos del Mundial de Rallies 2018, portaba el inconfundible nombre de Panasonic.

Toyota Motor Corp. y Panasonic Corp confirmaban la creación de una nueva joint-venture el próximo año que permitirá al fabricante de automóviles ahondar en su apuesta eléctrica para los próximos años. Esta nueva empresa conjunta estará destinada a fabricar las baterías para los vehículos eléctricos de la marca, en una clara demostración por parte de Toyota de cuál será su hoja de ruta, la cual ha comenzado por cesar la comercialización de vehículos diésel dentro de su gama de turismos desde finales de 2018.

En cuanto a los primeros detalles del anuncio, Toyota tendrá el 51% de la propiedad de la compañía, quedándose Panasonic el resto del porcentaje, cumpliéndose así con el principio de acuerdo al que llegaron ambas partes a finales de 2017 para la construcción de baterías de ion-litio. Cada una de las empresas incorporará un total de 3.500 empleados a este nuevo proyecto, mientras que Panasonic transferirá sus capacidades de producción de Japón y China para baterías prismáticas delgadas y rectangulares. Panasonic ya es la encargada actualmente de proveer celdas de baterías a Tesla, sin embargo, la competencia entre las multinacionales tecnológicas ha crecido durante los últimos años, con nombres como Samsung y LG también en la carrera.

El objetivo es el de trabajar en la producción de baterías en serie para rebajar los costes y comenzar a ahondar en un futuro en el que los vehículos eléctricos puros deberían ser más asequibles, algo que incluirá a su vez la venta de estos productos de almacenamiento de energía a otros fabricantes de automóviles. La problemática del alto coste de los modelos 100% EV promete afectar incluso a los vehículos con propulsores de combustión interna, debido en gran parte a que los grandes grupos automovilísticos deberán afrontar el desarrollo de los coches eléctricos, algo que repercutirá también a la economía y comercialización del resto de la gama.