Prueba Volkswagen Beetle Dune Cabrio: diseño y estilo para usar a diario
Prueba Volkswagen Beetle Dune Cabrio: diseño y estilo para usar a diario
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No podemos negar que el es todo un icono del diseño. Con décadas de historia a sus espaldas el Beetle, o Escarabajo, sigue siendo uno de los coches más deseados del mercado por su carisma y personalidad que fiel a sus formas sigue conquistando a propios y extraños. Puesto al día en motorizaciones, seguridad o tecnologías, el Volkswagen Beetle mantiene intacta su esencia, por ello ha lanzado la versión Beetle Dune a modo de homenaje de aquellos aventureros que participaban en la Baja 1000, haciendo al mismo tiempo un guiño a todos aquellos que buscan un coche desenfadado que sea ideal como compañero de playa. Tras renacer con el Volkswagen New Beetle y estrenar la que es ahora su segunda generación, el concepto del Beetle se ha mantenido, pero Volkswagen le ha conferido nuevas características para convertirlo en un coche clásico que puedes comprar recién fabricado hoy. Es inconfundible allí donde esté, y si además hablamos de la versión Cabrio con el kit de carrocería Dune el reclamo se vuelve aún más fuerte. Las versiones Dune se convierten en una línea que se diferencia claramente del Beetle convencional, tanto en las versiones coupé como descapotable. Los Beetle Dune comparten mecánicas y equipamiento con la gama Beetle convencional, sin embargo a nivel estético integran paragolpes específicos, taloneras más prominentes, alerón trasero de mayores dimensiones, detalles interiores exclusivos como los relojes sobre el salpicadero y configuraciones cromáticas hechas a medida para resaltar esa imagen diferenciada. Pese a que los Dune no aportan mejora fuera de asfalto, el apartado técnico se mantiene intacto salvo por una mayor altura libre al suelo de 10 mm, sí que ofrecen una imagen más robusta y musculosa que sus hermanos de gama. A igualdad de motorización y equipamiento el Beetle Dune es alrededor de 2.500 euros más costoso que el Beetle convencional. El diseño interior del Beetle Dune es sobrio y se destapa como uno de los puntos menos destacables del modelo ya que haciendo uso de mandos y elementos provenientes de otros modelos como Golf o Scirocco, se pierde parte del carácter y carisma que luce el exterior del Dune. Salvo por la disposición del cuadro de instrumentos, el resto del habitáculo se mantiene en la línea con otros modelos de Volkswagen. Esto no necesariamente es malo ya que pese a esa menor frescura en diseño que sí vimos en su antecesor, ofrece un buen nivel de acabados, con buenos ajustes y posibilidades de equipamiento actuales como su sistema multimedia con pantalla táctil de 6,3". No encontramos las últimas innovaciones de Volkswagen en conectividad e infoentretenimiento vistas, por ejemplo, en el , pero este Beetle está destinado a un público donde no pesa tanto el gozar de lo último en estos apartados. Nuestra unidad empleaba una configuración técnica que a todas luces se destapa como una de las más interesantes de la gama. Hablamos del motor 1.4 TSI de 150 CV en combinación con el cambio manual de 6 relaciones, aunque en estos momentos ya sólo es posible pedirlo con el cambio automático DSG de 7 relaciones que a la postre es una configuración aún mejor. La alternativa a esta mecánica sería el 2.0 TDI de 150 CV, motor sobradamente contrastado y con un consumo que puede oscilar en torno a 5 o 5,5 l/100 Km en condiciones reales por los 6 o 6,5 l/100 del motor 1.4 TSI, sin embargo es un motor más tosco y sonoro que penaliza la experiencia de disfrutar de un cabrio como este. Si el consumo no es el factor más determinante, lo cierto es que el bloque gasolina de 150 CV se destapa como una opción proferible por su funcionamiento, con empuje, suavidad y nulas vibraciones. A todas luces el cambio automático de doble embrague, ahora obligatorio, es una apuesta segura por el confort y por la eficiencia gracias a su rapidez de trabajo, sus 7 relaciones y por la suavidad con la que trabaja en todo tipo de escenarios. El Beetle Dune ofrece una conducción muy similar al resto de la gama Beetle, tan sólo se percibe en él una mayor dureza de suspensiones y un mayor aplomo que redundan en una mejor experiencia de conducción en carreteras reviradas. Esto es debido en gran medida a la suspensión de tarado específico que se instala en los Dune, a las llantas de 18" con neumáticos 235/45 y al ancho de vías que también es mayor con respecto al Beetle convencional (7 y 6 mm, delante y detrás respectivamente). Salvando estas percepciones podemos hablar de claras semejanzas con el comportamiento de los Beetle y Beetle Cabrio, con un carácter muy similar al que puede ofrecer un compacto como el Golf, lo que permite que el Beetle Dune Cabrio sea un serio candidato a coche de diario para aquellos que buscan un automóvil con mucha personalidad. Como elemento diferenciador nos encontramos su capota de lona. Este diseño está fabricado en material textil y cuenta con accionamiento eléctrico que permite su uso a velocidades de hasta 50 Km/h, necesitando de un tiempo de 13 segundos para completar las operaciones de apertura o cierre. Circulando descubiertos el Beetle ofrece protección suficiente para que el viento no nos moleste incluso a velocidades altas, aún así integra en el maletero un deflector desmontable para ser instalado en las plazas traseras y cuya efectividad lo hacen un elemento muy recomendable si no vamos a usar los asientos posteriores. No es el mejor cabrio para olvidarse de las molestias del viento, pero el trabajo de Volkswagen es admirable teniendo en cuenta la penalización que suponen las formas del Beetle, sobre todo en su trasera donde la capota queda plegada en el exterior. Circulando con el techo cerrado el Volkswagen Beetle Dune Cabrio ofrece un buen nivel de aislamiento a cualquier velocidad.