¿Tu caja de cambios falla?
No puedo engranar marchas: 4 posibles causas por las que tu caja de cambios está fallando
La caja de cambios es un elemento mecánico delicado, y susceptible de fallar si no recibe los cuidados que necesita
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La caja de cambios de nuestro coche juega un papel fundamental: es la encargada de transmitir la potencia del motor, el giro de sus elementos mecánicos, a las ruedas motrices, permitiendo que éstas giren y, por tanto, el vehículo avance. Pese a ser un elemento de sobra conocido, no todo el mundo sabe cómo ha de cuidar y mantener un elemento tan delicado como ese. Aquí tienes cuatro pistas de lo que le puede pasar a tu caja de cambios si las marchas no entran:
1. El disco del embrague está en las últimas
En ocasiones la presencia de un disco de embrague desgastado es la causa principal por la que las marchas no consiguen entrar por mucho que lo intentemos. Al desgastarse, se pueden desprender elementos del mismo que impidan un correcto funcionamiento del pedal del embrague.
2. Cable de embrague
Algunas cajas de cambio manuales utilizan un embrague que se conecta al pedal a través de un cable, generalmente metálico trenzado. Con el paso del tiempo ese cable se desgasta y puede terminar por romperse o destensarse, lo que impide que al pisar el pedal del embrague se realice el movimiento completo en los elementos internos de la caja de cambios que permite engranar una u otra velocidad.
3. Bombin de embrague
Las cajas de cambio manuales que no utilizan un embrague comandado por un cable metálico utilizan un sistema hidráulico, similar al que usan los sistemas de freno. Así, al pisar el embrague, se mueve un líquido hidráulico que, a su vez, acciona una pequeña bomba. Si esa bomba comienza a perder líquido por desgaste, será imposible que puedas accionar correctamente el embrague para engranar las marchas.
4. Varillaje
La mayoría de cajas de cambio manuales conectan el pomo, la palanca, con sus componentes mecánicos internos a través de cables de acero o varillas que permiten trasladar el movimiento de la mano y transformarlo en cambios efectivos. Si alguno de los casquillos que unen las varillas o las propias varillas sufren desgaste (por culpa, por ejemplo, de un esfuerzo extremo o un pequeño golpe en los bajos) la geometría de tu caja de cambios se modificará y no podrás accionar la palanca correctamente.
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