Publicidad
Recibir una multa no es plato de buen gusto para nadie, y si además se trata de una multa de velocidad tras haber sido detectados por uno de los instrumentos más odiados por la sociedad, un radar, la sensación es todavía más desagradable. Sin embargo, nuestra obligación como conductores es afrontar las consecuencias de nuestros actos y pagar la multa...cuando sea real.
Sí, conviene puntualizar el hecho de que la multa sea real, porque en los últimos tiempos estamos asistiendo a la llegada de una estafa (y van...) que intenta hacerse con nuestro dinero, a costa esta vez de las leyes de tráfico. VER VÍDEO.
Publicidad