Que esta marca pasional fabrique coches eléctricos permitirá que su deportivo más mítico siga siendo de gasolina

Para muchos, el coche eléctrico es una completa herejía, especialmente si este se utiliza para dar vida a coches deportivos. Sin embargo, que esto suceda puede tener más cosas buenas que malas, y claro ejemplo de ello es Porsche y su 911. Y es que la firma ha confirmado que, mientras que los SUV y coches eléctricos que produzcan sigan teniendo un buen rendimiento de ventas, podrán alargar al 911 de combustión tanto como les sea posible.

Es una historia que resulta, en parte, familiar, porque algo parecido sucedió con el nacimiento del Cayenne a principios de siglo. Para muchos, fue un total insulto, pero su rotundo éxito permitió a la marca no solo concebir coches como el Cayman o proseguir con linajes tan emblemáticos como el del 911 o el Boxster, sino también evitar la quiebra.

La situación actual no es ni mucho menos tan dramática, pero Porsche sabe que se juega mucho electrificando a su gama. Y aunque bien es cierto que vehículos como el Taycan dan constancia de que electricidad, diversión y sensaciones no son incompatibles, preservar a su hijo predilecto con el motor bóxer de seis cilindros resulta capital.

Pese a que modelos como el Boxster o el Macan se convertirán en coches 100% eléctricos, la firma también está trabajando en un campo muy relevante: el de los combustibles sintéticos. Al fin de cuentas, Porsche es una de las marcas más involucradas en la ardua tarea de traer al mercado a este prometedor salvador de los coches de combustión, y puede ser crucial para permitir una pacífica convivencia entre modelos de volumen como el SUV de acceso u otros más pasionales como el 911.

Sea como fuere, lo que está claro es que habrá 911 de gasolina para rato, aunque eso sí, con seguramente cierto grado de electrificación como un sistema HEV tal y como sugieren varias mulas de prueba que han sido avistadas en Nürburgring.