Es aconsejable cambiarla cada 250.000 Kilómetros
¿Para qué sirve exactamente la cadena de distribución y por qué se suele romper? Te lo explicamos
Esta pieza es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro vehículo y está diseñada para que tenga una larga vida útil.
Publicidad
A la hora de comprar un coche nuevo su mantenimiento es uno de los factores que más nos preocupa. Minimizar los gastos por averías y alargar su vida útil es una prioridad. Sin embargo, en la mayoría de los casos, solemos preocuparnos de componentes como el motor o los neumáticos, olvidándonos de uno de los elementos más importantes para el funcionamiento de nuestro coche: la cadena de distribución.
Esta pieza es la encargada de coordinar el movimiento del cigüeñal y árbol de levas para que las válvulas se abran y se cierren sin que los pistones las golpeen, a través de poleas dentadas de metal, de una forma similar a la cadena de una bicicleta. Su buen estado es vital para que el motor del coche funcione de forma eficiente.
Aunque la cadena de distribución está diseñada para que no sea necesario cambiarla, con el paso del tiempo puede sufrir un desgaste que hace que se destense y sea inevitable su cambio. Uno de los principales motivos de este deterioro está relacionado con malos hábitos en la conducción, sobre todo, cuando el motor está muy revolucionado. Además, someter al vehículo a temperaturas extremas durante prolongados periodos de tiempo también es perjudicial.
Por ello, si queremos evitar preocupaciones o por precaución, es aconsejable cambiarla cada 250.000 kilómetros, consiguiendo que se mantenga tensa y sin holguras. Sin olvidar, por supuesto, prestar especial atención los factores antes citados.
Publicidad