Los radares son ya, a estas alturas, viejos conocidos dentro del mundo del motor. Y es que es complicado coger el coche un día normal, para hacer cualquier desplazamiento habitual, y no cruzarse con al menos uno de estos aparatoscapaces de controlar ya no sólo la velocidad a la que circulamos, sino también la vigencia de nuestro seguro o de nuestra ITV.
Sin embargo, en los últimos meses ha proliferado una nueva clase, los llamados 'radares pedagógicos' o 'radares didácticos', cuyo objetivo parece ser diferente al de simplemente imponer sanciones a los conductores que circulan por encima de la velocidad máxima de la vía. Así pues, los radares didácticos están generalmente compuestos por un sistema láser que mide la velocidad del vehículo que se acerca al aparato, así como un panel luminoso donde se indica la velocidad a la que circula el vehículo en cuestión. VER EL VÍDEO.
¿Debemos temer a este tipo de radares? La respuesta es que no: estos aparatos no disponen de capacidad para denunciar excesos de velocidad a las autoridades, sino que se trata únicamente de un sistema de aviso, de "educación" a los conductores, que resultan así alertados de que su conducta no es la correcta.
Sin embargo, conviene tener claro una cosa: si las autoridades han instalado en ese punto un sistema de aviso para los conductores es porque es una zona en la que los excesos de velocidad son habituales, y por tanto, es previsible que tarde o temprano se instale un cinemómetro tradicional en ese punto, o, incluso, exista en ese momento un radar móvil esperando a para "cazar" a los conductores más despreocupados por la velocidad.
Imágenes cedidas por el fabricante de radares didácticos EVOLIS