Rápido y con confianza: así tienes que actuar ante una placa de hielo

El invierno es una época algo más molesta cuando se trata de conducir. Las condiciones meteorológicas son más adversas que en una jornada de verano, ya que hay factores como la luz y la temperatura que influyen negativamente, multiplicando el riesgo de sufrir un accidente. Uno de los elementos más peligrosos que podemos encontrarnos en la carretera es una placa de hielo.

¿Qué es una placa de hielo? No es más que una acumulación de agua o humedad que se congela a consecuencia de las bajas temperaturas, y que debido a las condiciones particulares del entorno puede no llegar a descongerlarse en toda la jornada. Conviene por tanto prestar especial atención a la calzada cuando circulemos por zonas sombrías y húmedas donde la temperatura no sea alta.

Si, desgraciadamente, nos topamos con una placa de hielo, tenemos que actuar con rapidez y tranquilidad para no sufrir un accidente, aunque es conveniente saber que, cuando pisamos una placa de hielo, existe la posibilidad de que el vehículo pierda el control aunque nosotros actuemos de forma correcta al perder los neumáticos la adherencia.

Si pisamos una placa de hielo, lo primero que debemos hacer es soltar el acelerador y poner la dirección recta. No hay que pisar el freno en ningún momento, ya que no hay apenas adherencia en las ruedas, y causaremos un derrape. En cuanto notemos que los neumáticos vuelven a traccionar, es aconsejable frenar lo más fuerte posible y girar el volante para evitar golpear con cualquier obstáculo. Todo esto se condensa en apenas unos segundos, vitales, eso sí, para nuestra seguridad.