Comprar un coche de segunda mano puede ser una idea mejor de lo que crees
4 razones por las que comprar un coche usado es una buena idea para tu bolsillo
La adquisición de un coche de segunda mano puede ser más inteligente de lo que parece, sobre todo para tu bolsillo
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El mercado de vehículos de segunda mano es muy importante en nuestro país, donde cada año más de un millón de vehículos cambian de propietario. Así pues, aunque a todos -o casi todos- nos gusta estrenar coche, comprar un coche usado no es una mala decisión siempre que se haga con cabeza. Te damos cuatro motivos por los que comprar un coche usado puede ser una buena noticia para tu cartera:
1. Precio más económico
Un precio más económico es, lógicamente, la principal razón por la que un usuario se decanta por un coche usado antes que por uno nuevo. Si hablamos de vehículos de km.0, el precio puede ser hasta un 30% inferior al de su equivalente nuevo. Si queremos darnos un capricho, también es posible encontrar el coche de nuestros sueños a un precio mucho más reducido que cuando era nuevo.
2. Más posibilidad de personalización
Cuando adquirimos un coche nuevo, generalmente no podemos "toquetearlo" en exceso debido a la garantía del fabricante. Sin embargo, con un coche de segunda mano es más fácil dejarlo a nuestro gusto con retoques tanto estéticos como mecánicos sin que eso nos suponga un perjuicio ni económico ni legal.
3. Reparaciones más económicas
Este punto tiene más que ver con la cantidad de tecnología que un fabricante implementa en sus vehículos. Así pues, en caso de una avería o accidente, será mucho más económico sustituir, por ejemplo, un faro delantero de xenón que no uno con proyectores LED de última generación.
4. Posibilidad de inversión
Hay vehículos más especiales que otros, algunos que además cuentan con una oferta limitada y una demanda muy alta. En ese caso, si sabes jugar bien tus cartas, puedes incluso tomarte la adquisición de un coche usado como una inversión, ya que con el paso del tiempo el vehículo que has comprado puede que no pierda valor o, incluso, que llegue a revalorizarse, pudiéndolo vender por más dinero del que te costó.
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