Renting para particulares: todo lo que necesitas saber

Cada vez es más habitual que, incluso los propios fabricantes de automóviles, propongan a los usuarios pasarse al "renting" en sustitución a la adquisición de un vehículo nuevo. Pero...¿qué es el renting? ¿Sirve para todo el mundo? ¿Resulta rentable el renting en términos económicos?

El renting es, por definición, una modalidad de uso de un vehículo que, mediante el pago de una única cuota mensual incluye todos los gastos del coche a excepción del combustible y las multas de tráfico. Con el renting, mediante el pago de una única cuota tendremos incluidos, entre otros, los gastos derivados de la gestión del vehículo (impuestos de matriculación, impuestos de circulación), el mantenimiento, el seguro a todo riesgo, las averías e, incluso, la sustitución de elementos de desgaste como los neumáticos. Por contra, no seremos propietarios del vehículo en ningún momento.

Por norma general, los contratos de renting se firman por un periodo que oscila entre los 12 y los 60 meses, con un kilometraje que suele rondar los 15.000 kilómetros anuales. De cualquier manera, los contratos se pueden negociar en el momento de la suscripción. Por contra, es prácticamente imposible personalizar el vehículo a recibir, ya que suele tratarse de vehículos configurados por la empresa de renting.

¿Qué ventajas aporta el renting sobre otras fórmulas como la compra al contado o la financiación de un vehículo? La principal ventaja es, básicamente, la despreocupación y la simplicidad del uso del vehículo, reduciéndose todo a una cuota mensual. ¿La principal desventaja? No seremos nunca dueños del vehículo, ya que tras la finalización del contrato, nos tocará devolver el coche.

¿Compensa el renting? Si el renting lo contrata una empresa o un autónomo, es posible deducir algunos gastos de la cuota, de forma que puede resultar más rentable que para un usuario particular, que no puede deducir nada al tratarse de un mero alquiler. Generalmente, y en términos de dinero, un renting es la forma más económica de acceder a un vehículo nuevo, sobre todo respecto a una financiación tradicional, con la salvedad de que no seremos dueños del vehículo.