Cada vez son más los clientes que optan por reprogramar el motor de su coche, pero...¿tiene consecuencias?
Reprogramación de motor: 5 consejos para que todo vaya sobre ruedas
La reprogramación de la centralita del motor es una de las modificaciones más comunes. ¿Tiene consecuencias? ¿Cómo hacerlo correctamente?
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Nuestros coches, sobre todo desde finales de los años 90, son auténticos ordenadores con ruedas. Prácticamente todos los sistemas del vehículo se controlan a través de centralitas, por supuesto, el motor también. De ahí que cada vez sean más frecuentes las reprogramaciones de motor, que buscan un mayor rendimiento mecánico. Aquí tienes 5 consejos para que la reprogramación sea todo un éxito.
1. SÓLO EN ESTABLECIMIENTOS AUTORIZADOS
Reprogramar la centralita de un motor es algo más serio de lo que parece. Cuanto más modernas, más parámetros controlan las centralitas, de ahí que sea aconsejable que la modificación la realice una empresa especializada en estos menesteres.
2. NADA DE EXTREMISMOS
En algunos casos los motores vienen de fábrica con una potencia muy "limitada" con el fin de establecer diferencias en su gama. De ahí que una simple reprogramación pueda "desencadenar" una oleada de potencia que, no obstante, puede ser perjudicial para el motor. Una reprogramación equilibrada y personalizada será mucho mejor que una reprogramación muy agresiva.
3. LOS SISTEMAS ANTICONTAMINACIÓN, NI TOCARLOS
En ocasiones los clientes demandan un aumento de rendimiento muy alto, y para ello modifican o anulan el funcionamiento de los sistemas anticontaminación. Con la llegada de la nueva ITV, estas modificaciones se detectarán, impidiendo la circulación de estos vehículos tan contaminantes.
4. USO CON MODERACIÓN
Las reprogramaciones no tienen porqué empeorar la fiabilidad del motor, pero el uso constante de toda la potencia extra sí. De ahí que un uso moderado de la potencia del motor sea una buena idea.
5. MÁS MANTENIMIENTO
Con la reprogramación, se elimina un cierto "margen" de seguridad del funcionamiento del motor. Además, gracias a la mayor potencia, se ponen en aprietos otros elementos del vehículo como los frenos o la suspensión. Un mantenimiento más estricto es básico para que el vehículo siga gozando de buena salud.
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