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¿Qué sucede cuando se parte el parabrisas de nuestro coche?

Se me ha roto el cristal del parabrisas, ¿puedo seguir mi viaje? ¿me pueden multar si conduzco así?

El parabrisas de nuestro coche es una parte fundamental de la estructura del vehículo, por lo que su rotura no es una buena noticia.

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El cristal es un componente básico de nuestro vehículo, y está presente en numerosos elementos del coche, desde sistemas de iluminación hasta pantallas, sin olvidarnos de la parte más evidente, las superficies acristaladas que cubren a lo largo y ancho el coche para proporcionar luz y visibilidad a los pasajeros.

El parabrisas delantero es, de hecho, una parte muy importante del conjunto estructural del vehículo, ya que aporta más rigidez a la carrocería y, evidentemente, protege a los ocupantes de cualquier tipo de proyección que pueda saltar de la carretera. Su composición lo hace muy resistente y duradero, pero también tiene un límite y puede terminar por romperse y rajarse.

Cuando un parabrisas delantero se rompe, no salta en pedazos: se lamina y surgen rajas de gran tamaño, pero no se perfora ya que las diferentes capas de cristal que lo componen están unidas entre sí por un poderoso pegamento que impide que los trozos de cristal se separen, manteniendo así un cierto nivel de seguridad en caso de una situación extrema.

¿Qué sucede cuando un parabrisas se raja en pleno viaje? ¿Debemos parar y podemos continuar nuestra marcha? La respuesta es que se puede continuar el trayecto siempre y cuando la raja sea lo suficientemente pequeña como para no comprometer la integridad estructural del cristal. Esto quiere decir que si aparece una raja pero el cristal sigue manteniéndose de una pieza podemos continuar, pero si el cristal pierde su forma porque el origen del fallo ha sido un fuerte impacto, deberemos detener la marcha y llamar a la grúa.

Circular con el cristal rajado puede ser motivo de sanción: si el defecto se sitúa dentro del campo de visión primario del conductor y no lo solucionamos, podremos recibir una multa por conducir nuestro vehículo sin que éste se encuentre en condiciones óptimas. Además, una raja en el parabrisas puede impedir que superemos la ITV, siendo motivo de falta grave y siendo imperante su sustitución completa lo antes posible.

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