TODO TIENE UN PORQUÉ
Los secretos del éxito de los eléctricos chinos según un referente del motor: "tienen muchísima ventaja"
Terry Woychowski, quien fuera miembro del departamento de fabricación del gran grupo estadounidense, desvela las ventajas que sacan los EV del gigante asiático a otros competidores.

Publicidad
Uno de los retos que sigue teniendo pendiente la automoción en Europa y en América es la comercialización de coches (eléctricos y de combustión) a precios competitivos. Por ello, China siempre es observada como un modelo a seguir dado que en el país asiático se consiguen comercializar modelos muy accesibles, a unos niveles inimaginables en mercados como el nuestro. No obstante, y como todo tiene siempre un porqué, hay expertos que tratan de poner luz a este tema. Uno de los últimos en hacerlo es Terry Woychowski, que en el pasado trabajó para General Motors en su departamento de fabricación y que también ocupó un alto puesto directivo.
Woychowski, que ahora preside la compañía Caresoft Global Technologies dedicada a asesorar a los fabricantes sobre cómo conseguir margen para ahorrar dinero, llevó a cabo recientemente una demostración en la que desmontó un BYD Seagull tasado por debajo de los 12.000 € al cambio. Las conclusiones a las que llegó fueron muy ilustrativas sobre la comprensión del EV que se tiene en China al lado de otras partes del mundo. Todo lo simplifica con un "tienen muchísima ventaja". Aunque también detalla cuáles son las claves del éxito.

Soluciones sencillas con materiales baratos
Al margen de lo obvio que explica parte de esos precios tan competitivos de los coches eléctricos procedentes de China, con costes de producción muy bajos, las soluciones que aportan es otro elemento diferencial. De esta forma, entienden que en un EV no puede haber vibraciones, por lo que las fijaciones metálicas y los sistemas que las absorben han de reducirse al máximo. Todo lo contrario a lo que sucede en Europa sin ir más lejos. Un eléctrico no tiene por qué ser igual que un coche con motor de combustión.
En esa limitación de costes tienen mucho que ver los materiales empleados. En China usan resina o pegamento especial para atacar ese problema, mientras que en nuestro entorno los fabricantes apuestan por la fijación magnética de techo. Las soluciones chinas son más ligeras y apenas cuestan menos de un céntimo mientras que la europea un euro. Otra diferencia está en la parte que separa el motor del habitáculo, para lo cual usan piezas plásticas y de fibra en vez de metálicas.
Y todo esto contribuye también a la cuestión del peso. El Seagull pesa poco más de 1.200 kg, entre un 33-40% que los coches eléctricos de proporciones y autonomía similares. Esto, lógicamente, contribuye a reducir el gasto de energía.

La logística
Las marcas chinas de coches eléctricos apenas trabajan con proveedores dado que se encargan ellas mismas de fabricar todas las partes prácticamente y de una forma más simplificada. Para ello, emplean módulos más grandes que no necesitan tantas uniones. Por otra parte, cuando tienen que solucionar un problema en un coche tardan sólo semanas en tener hechas las nuevas piezas, una solución que en Europa tardaría meses.
La creación del organismo China Automotive Technology & Research Center (CATARC) por parte del gobierno chino en 1985 también ayuda a Caresoft a enumerar las ventajas competitivas que tienen en China con los materiales y soluciones que adoptan. Este ente se encarga de definir las normas de homologación y brinda ayuda al desarrollo de nuevos productos como las ADAS y los sistemas autónomos. Así que mucho tiene que cambiar el panorama para que veamos pronto unas estrategias competitivas a la hora de comercializar modelos EV en Europa.
Publicidad