LEYENDA DE LA MARCA ALEMANA
Seis décadas del Opel Kadett, historia viva de la marca del rayo
El Opel Kadett celebra su sesenta aniversario, repasamos los hitos y modelos más importantes del legendario compacto de la marca alemana.
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Si pensamos en un coche que puede ganar a un elefante en tirar con más fuerza de una cuerda, pensaríamos en un vehículo pesado y con mucha potencia. Todo lo contrario al intrépido que se enfrentó a semejante gigante de cuatro toneladas, el Opel Kadett. Un modelo muy importante en la historia de la compañía alemana, con 90 caballos y 700 kilos.
Pero antes de él hubo modelo clásico que conquistó al público: el primer Kadett. Fue en 1936, antes de la Segunda Guerra Mundial. Un coche que recuerda a los de las películas de gansters con su morro afilado. Resultó ser un éxito, se vendieron más de 107.000 unidades.
Y es que este compacto tenía 1.074 centímetros cúbicos y pesaba 757 kilos. El motor estaba situado en la parte delantera y su fuerza iba a las ruedas traseras. Se hicieron varias versiones, algunas no se produjeron en serie por la escasez de acero, previa a la Segunda Guerra Mundial.
En concepto de reparaciones de guerra, la maquinaria con la que se construyó el Kadett, se llevó a la Unión Soviética para que los soviéticos fabricasen su propia versión del Kadett: el Moskvitch 400.
Tuvo que pasar la guerra y algunos años para que Opel volviese a construir un Kadett, fue en 1962. Se trataba del Kadett “A”. Con un tamaño reducido, acorde al tráfico de las ciudades. Con faros redondos y estilo sobrio, su motor desarrollaba poco más de 40 caballos.
Más tarde, concretamente en 1966, llegó su sustituto: el Kadett B. Era más grande, más potente y más pesado. Además, tenía ya 90 caballos y su motor pasaba de 60 a 80 kilómetros por hora en 8 segundos.
De influencia norte americana en su diseño, fue todo un éxito, se vendieron 2,6 millones en 8 años. El éxito fue tal, que incluso, tuvo una versión denominada rallyes, que se caracterizaba por su deportividad y elegancia, con faros dobles y un interior con lujo de la época.
Tenemos que hablar de la tercera generación del Kadett, el “C”. Su tamaño se había reducido y tenía una línea más estilizada, con propulsión trasera. Su producción acabó en 1979 por parte de Opel, pero se siguió comercializando bajo otras licencias, como Vauxhall, hasta los 90.
Tampoco nos podemos olvidar de su versión deportiva, el Coupé GT/E, un deportivo de alto rendimiento con un motor de inyección que llegó a tener 115 CV, que tampoco pasó inadvertido, bien por sus llamativos colores o bien por su sonido.
Para la siguiente generación había cambios importantes. Se trataba del Kadett D, un coche de aspecto más modesto y con motor transversal, con un solo árbol de levas y culata de aluminio en su interior. Su motorización era totalmente novedosa, la marca alemana lo iba a rentabilizar al máximo, utilizándolos para modelos como el Corsa.
Y, así, llegamos a 1984, al final de la saga Kadett, había que dejarlo en alto, por lo que Opel apostó por un diseño totalmente renovado. El Kadett E era más aerodinámico y llegó con muchas versiones a elegir. Gracias a este aire nuevo arrasó en el mercado, consiguiendo ser elegido coche del año en Europa en 1985.
No podemos olvidar mencionar su velocímetro que fue toda una revolución en la época, era como el del “Coche fantástico”. El aspecto deportivo del coche no era menos. Por no hablar de los potentes motores de 16 válvulas y 156 caballos, todo un “Boom” aquellos años, incluso el Kadett Gsi hizo sus pinitos en los rallies ganando el rallye de Nueva Zelanda en 1988.
Nos es sorpresa que este legendario vehículo también tenga un Campeonato en su haber, el “FIA Ladies Cup” conseguido de la mano de la piloto Louise Aitken y su copiloto Christina Thörner. Está claro que el Kadett llegó para triunfar y no dejó indiferente a los que se cruzaban con él. Así fue hasta 1991, que llegó su sustituto, el Opel Astra.
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