COMPROBADO CIENTÍFICAMENTE

La solución para compensar el CO2 de los automóviles térmicos está en la naturaleza y te va a sorprender

Aunque parezca increíble, estos bóvidos salvajes tienen capacidad para neutralizar las emisiones del tráfico. Así lo demuestra un estudio científico recientemente publicado.

La solución para compensar el CO2 de los automóviles térmicos está en la naturaleza y te va a sorprender

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La revista Nature, con más de 150 años de historia, destaca por publicar investigaciones científicas en diversas disciplinas. Un reciente estudio publicado en este medio revela que menos de 200 mamíferos en peligro de extinción pueden neutralizar las emisiones de CO2 de casi 2 millones de coches. Este increíble hallazgo subraya la efectividad de la naturaleza respecto a las tecnologías más modernas para la compensación de carbono. La investigación ha sido llevada a cabo por expertos de la Escuela de Medio Ambiente de Yale y financiada por la Global Rewilding Alliance.

El estudio se centra en los bisontes europeos que, según los investigadores, tienen un alto potencial para absorber carbono en sus hábitats, siempre de una forma indirecta. Así, estos bóvidos salvajes, que habitan en el centro y este de Europa, juegan un papel crucial en la reducción del efecto invernadero y del calentamiento global. La actividad de los animales en cuestión presenta una alternativa natural para contrarrestar las emisiones de CO2 producidas por los automóviles con motores de combustión interna, ofreciendo otra solución al tremendo problema del cambio climático.

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bisonte-rumania-contaminacion-pixabay-1 | Pixabay

Según Nature, alrededor de 170 bisontes europeos, reintroducidos de manera artificial en el Monte Tarcu en Rumania después de más de 2 siglos desaparecidos en la región, están remodelando el ecosistema y trayendo consigo importantes ventajas verdes. Este proyecto de recuperación de fauna autóctona, iniciado en 2014, espera aumentar la población de bisontes a 450 ejemplares. Su pastoreo en casi 50 km² ha demostrado de forma empírica su capacidad para capturar cerca de 2 millones de toneladas de CO2 al año, equivalente a las emisiones anuales de 1,9 M de coches con motor de gasolina.

El profesor Oswald Schmitz de la Escuela de Medio Ambiente de Yale explica que esta clase de bóvido influye significativamente en la dinámica de los pastizales y bosques. Al comer hierba, reciclan nutrientes, dispersan semillas y compactan el suelo, lo que evita la liberación del carbono almacenado en el sustrato. Restaurar el ecosistema original del territorio podría devolverle su equilibrio y convertir a los bisontes en verdaderos héroes climáticos. Además, su comportamiento es clave para mantener paisajes que fomenten la biodiversidad y el turismo.

Es decir, además de los beneficios ecológicos, la recuperación del bisonte europeo trae ventajas económicas y sociales. El aumento de los visitantes en zonas rurales con una industria débil y la creación de empresas relacionadas con la reconstrucción del área destacan como efectos colaterales significativos. Este estudio sugiere nuevas opciones para los responsables de políticas climáticas a nivel mundial, demostrando que esta clase de recuperación de especies puede ser una herramienta efectiva y rentable en la lucha contra el CO2.

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