El crossover de los californianos se resiste a volcar
En un vídeo publicado por la marca estadounidense podemos ver las distintas pruebas de volcado a las que han sometido al Tesla Model X.
Una trampa de arena y un coche sin control entrando de lateral en la misma no suele deparar un resultado positivo tal y como pudimos ver hace unos días en la segunda cita del Campeonato Alemán de Turismos. Allí, en Lausitzring, René Rast se salía de pista en la primera carrera del fin de semana después de un pequeño toque con otro competidor, Loïc Duval, algo que terminaría con su Audi RS5 DTM saliendo prácticamente catapultado al clavarse las ruedas en la escapatoria de grava y todo ello a pesar de que este tipo de vehículos cuenta con un centro de gravedad muy bajo por su diseño.
Rast, vigente campeón del Deutsche Tourenwagen Masters, salía ileso después de dar varías vueltas de campana, quedando el Audi prácticamente destrozado y demostrando una vez más la gran labor realizada por los técnicos en materia de seguridad. También se mostraba un nuevo ejemplo de la facilidad con la que un vehículo que se mueve lateralmente a una velocidad alta puede volcar al encontrarse cualquier tipo de obstáculo… siempre y cuando no sea un Tesla Model X.
El Crossover de la firma californiana no sólo cuenta con el ya conocido Autopilot, sistema autónomo que fue precisamente ideado para mejorar la seguridad de los vehículos firmados por la empresa de Elon Musk, sino que su atractivo diseño también guarda un secreto: su incapacidad para llegar a volcar por completo. Eso es al menos lo que podemos ver en el último vídeo facilitado por la propia marca en el que se puede apreciar las reacciones del Model X ante unos test de entrada en una trampa de arena de forma totalmente lateral y a distintas velocidades cuyos datos no se han facilitado al ser un mero test interno del fabricante.
A pesar de la fama de los SUV sobre su tendencia a volcar, podemos apreciar que el vehículo de Tesla es capaz de equilibrar su posición gracias a su diseño y a la tradicional posición de sus baterías, en este caso en la parte inferior del suelo, justo entre los dos ejes. Obviamente, llegará un punto en el que la velocidad será lo suficiente para que el coche termine por tocar con el techo sobre la superficie arenosa, simulaciones de la pérdida de control de un vehículo a gran velocidad por ejemplo, sin embargo, gracias a este proyecto de vídeo viral, podemos decir que el Tesla Model X tiene la misma facilidad que los gatos para caer siempre ‘de pie’.