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El alcohol es una de las principales causas de siniestralidad vial. Afortunadamente, cada vez cala más hondo y con más intensidad el mensaje de que al volante la mejor cifra del alcoholímetro es la de 0,0. Para prevenir en la medida de lo posible los efectos del alcohol al volante, Tráfico se plantea reducir aún más los límites de alcoholemia.
Cuando un conductor coge su coche después de haber bebido, su cuerpo no está en condiciones de atender a todos los factores que implican la conducción. Su capacidad de reacción está mermada y su percepción del riesgo está distorsionada, lo que hace que las probabilidades de sufrir un accidente aumenten sustancialmente.
Por eso, Tráfico se plantea reducir aún más los límites de alcoholemia permitidos para conducir, sobre todo entre los colectivos profesionales, donde actualmente el límite está fijado en 0.15 miligramos por litro de aire expirado, reduciéndolo un 50% y fijándolo en el 0.07 miligramos por litro de aire expirado.
La DGT tiene también entre sus planes para 2019 aumentar un 50% los controles de droga entre conductores, pasando de unos 100.000 controles actuales a unos más que sustanciales 150.000 controles. El impacto de las drogas entre los conductores ha ido en aumento, una tendencia que la DGT quiere revertir con una vigilancia aún más férrea.
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