NO, NO SIEMPRE SE ENCARGA TU SEGURO
Tres momentos en los que tu seguro no va a cubrir tus daños
Contratar una póliza de seguros es obligatorio para poder circular legalmente con nuestro coche. Sin embargo, y pese a que ésta se encarga de cubrirnos en casi cualquier situación, lo cierto es que no siempre se va a ocupar de nosotros
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Los seguros son un elemento básico para que la circulación por nuestras calles y carreteras no se convierta en un auténtico caos. Contratar una póliza de seguros es una acción obligatoria para circular por vía pública con nuestros vehículos, constituyendo, de hecho, una de las infracciones más graves que se pueden cometer en caso de no hacerlo. Las multas por ello ascienden a un mínimo de 1.500 euros e, incluso, pueden suponer la inmovilización del vehículo en cuestión.
Se trata, por tanto, de un elemento muy importante en el ecosistema vial. Cada año millones de conductores renuevan sus pólizas, confiados de que así, dependiendo de las condiciones particulares de cada una de ellas, estarán cubiertos ante posibles problemas que puedan surgir en las carreteras. Y es que ojo, el mayor problema al que puede enfrentarse un conductor es en realidad él mismo: es ahí donde cualquier seguro te va a cubrir las espaldas, haciéndose cargo de los gastos que provoques tras un accidente.
Existen otras pólizas que, además, cubren los daños propios: es lo que comúnmente conocemos como "seguro a todo riesgo", pólizas que se encargan de abonar los gastos que se produzcan también en nuestro vehículo, incluso en esas ocasiones en las que no hay un tercer implicado y, simplemente, hemos tenido un accidente por un despiste, hemos dañado nuestro vehículo aparcando o hemos producido desperfectos en el coche a consecuencia de una mala maniobra.
¿Cuándo se puede desentender el seguro?
Aunque no te lo creas, hay casos en los que ni el mejor de los seguros, ni la póliza más cara y completa del mercado, va a cubrirte. Se trata de situaciones excepcionales pero que debes tener claro, ya que debes saber a quién tienes que reclamar. Aquí tienes tres ejemplos:
- Daños producidos en tumultos durante manifestaciones o reuniones: en caso de que tu vehículo esté aparcado en una zona en la que previamente se haya avisado de que se va a producir una manifestación y durante la misma se producen destrozos que afectan a tu vehículo, el seguro puede desentenderse de ello.
- Actos de terrorismo: sucede algo similar al caso anterior, ya que los daños producidos a consecuencia de actos de terrorismo no están cubiertos por la póliza de seguros convencional.
- Catástrofes naturales: si se dan las condiciones meteorológicas necesarias para calificarse como "catástrofe natural", los seguros convencional no cubren los daños causados.
En todos estos caso debes estar tranquilo, ya que en ningún caso te quedarás desprotegido. Cuando esto ocurre entre en juego el Consorcio de Compensación de Seguros, una entidad pública adscrita al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, que se encarga de indemnizar los daños producidos por fenómenos naturales o derivados de hechos de incidencia política o social. Para ello, eso sí, es obligatorio contar con una póliza previamente contratada.
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