Las últimas declaraciones del Gobierno dejan a los peajes de las autopistas en la cuerda floja

La implementación de un sistema de peajes en toda la red de autopistas y autovías de nuestro país ha sido una de las propuestas más sonadas del Gobierno durante los últimos meses. Con esta medida se pretende crear un sistema de pago por uso que posibilite una mejor conservación y un sostenimiento más apropiado de este tipo de infraestructuras, vitales para nuestro país, para el transporte y para el tráfico rodado.

El pago por uso de las vías rápidas no es un concepto nuevo: se utiliza en muchos países de nuestro entorno, y en nuestro propio país existe una red de autopistas de peaje, cuyo mantenimiento y sostenimiento corre a cargo de, generalmente, las empresas que se han encargado de su construcción. Sin embargo, al menos hasta la fecha en España no hemos contado nunca con un sistema de pago por kilómetro.

Con este sistema, el Gobierno baraja el pago de una pequeña cantidad por cada kilómetro que un turismo recorra en una autopista o autovía, con una cantidad que podría incluso comenzar en los 0.01 céntimos por cada kilómetro. Sin embargo, tras la presentación del proyecto a la Unión Europea, el Gobierno, en boca de su Ministro de Fomento (Jose Luis Ábalos) ha afirmado que se trata de un proyecto que ni mucho menos es definitivo ni está cerrado.

De esta manera, el Gobierno confirma que pretende buscar un "gran acuerdo", tanto con otros grupos políticos como con otros agentes sociales como los transportistas, sindicatos o patronal, ya que la aplicación de este potencial peaje modificaría algunos costes que podrían llegar a repercutir en el ciudadano de a pie. En una primera fase, la llegada de estos nuevos peajes estaría prevista para 2024, una fecha que podría verse modificada y retrasada -incluso de manera indefinida- hasta que el Gobierno pueda llegar al acuerdo que está buscando.

Las autopistas y autovías son las vías rápidas por excelencia en nuestro país, siendo además las vías más seguras ya que el porcentaje de siniestralidad en estas carreteras es mucho menor que en las carreteras convencionales, vías en las que se concentran el 70% de los accidentes de tráfico con víctimas mortales.

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