TRÁMITES
Si te vas a sacar el carnet o te toca renovarlo, esto te interesa: así cambia el reconocimiento médico
El protocolo que se seguía en los Centros de Reconocimiento de Conductores para evaluar a los aspirantes que se van a sacar el carnet y para los conductores que tenían que renovarlo era de 2007. El verano pasado, la Dirección General de Tráfico elaboró un nuevo documento con la ayuda de especialistas y expertos de la UE.
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Uno de los requisitos obligatorios a la hora de sacarse el carnet de conducir y de renovarlo es superar una prueba psicotécnica, que se realiza en los Centros de Reconocimiento de Conductores (CRC). Teniendo en cuenta la evolución del mundo del motor y los avances médicos, la Dirección General de Tráfico ha actualizado este examen. Toma nota: así cambia el reconocimiento médico.
La normativa que cambia los reconocimientos médicos está recogida en el nuevo protocolo de exploración médico-psicológica: fue elaborado por la DGT el pasado verano y sustituye al anterior, que estaba vigente desde 2007. Para ponerlo al día, Tráfico ha tenido en cuenta las recomendaciones de especialistas, expertos de la Unión Europea y protocolos de países punteros. Estos son los procedimientos que los facultativos deben aplicar para evaluar al conductor o al aspirante:
- Recogida de datos personales
- Anamnesis general: preguntas específicas para recopilar la información necesaria para obtener datos útiles y formular el diagnóstico.
- Observación del aspirante: aspecto físico, aseo, forma de caminar, uso de ayudas…
- Exploración básica: visión, audición, cardiovascular, psicológica…
- Percepción de riesgo
Para ello, médicos, oftalmólogos y psicólogos disponen de una serie de modelos que les ayudan a realizar la historia clínica del conductor, fórmulas para calcular índices, puntos de corte para criterios (como, por ejemplo, la agudeza visual en función del permiso al que aspire) y códigos de restricción en función de la discapacidad.
Adaptaciones para conducir
Explica la propia DGT que, en nuestro país, esta evaluación de las aptitudes psicofísicas de los aspirantes a conductor y de los propios conductores es una labor preventiva. Siguiendo unas pautas, los médicos, psicólogos y oftalmólogos que llevan a cabo la prueba, determinan si las alteraciones o enfermedades de la persona en cuestión son un riesgo vial asumible o si se puede reducir con medidas preventivas.
Para tomar esta decisión, se apoyan en la historia clínica, la exploración psicofísica e informes externos aportados por el interesado con información sobre su tratamiento y control.
En este sentido, el nuevo protocolo hace especial hincapié en la aplicación de adaptaciones del vehículo, prótesis y elementos de ayuda para que el conductor pueda ponerse al volante a pesar de las posibles limitaciones o deficiencias temporales (lesión o enfermedad) o permanentes (por ejemplo, la pérdida de un miembro) que tenga.
Para otro tipo de casos, es posible exigir adaptaciones del vehículo o, incluso, limitaciones en la conducción: a una serie de kilómetros alrededor del domicilio, a un horario para evitar la circulación nocturna, etc.
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