Nos ponemos al volante del McLaren 765 LT Spider, la máxima expresión de deportividad de la firma británica

Esta semana en Centímetros Cúbicos nos hemos subido al McLaren 765 LT Spider considerado como uno de los descapotables más extremos del planeta. Es muy exclusivo. Solo se fabricarán 765 unidades, una por cada caballo que tiene el coche.

No solo ha perdido peso, sino que también ha ganado músculo. Es una auténtica bomba, parece un 'caza de combate'. Ahora, su motor V8 turboalimentado produce 765 caballos, que pasan directamente a las ruedas traseras a través de una caja de cambios de doble embrague de siete velocidades. En solo 2,8 segundos llega a los 100 kilómetros hora y, si tuviéramos una recta lo suficientemente grande en un circuito, llegaríamos hasta los 330 km/h de velocidad máxima.

Tiene chasis monocasco; frenos carbocerámicos, con un tacto en el pedal que parece que estas pisando un muro, muy duros. El panel de instrumentos, en modo Track, se transforma en un contador de revoluciones. La suspensión con amortiguadores de dureza variable tiene un set up específico, más firme.

Encontrar puntos flacos a un coche como este McLaren 765 LT Spider no es fácil. Los más evidentes son el precio y que los puntos del carnet pueden volar en un día. Pero yo me quedo con sus principios: nada de electrificación. Es un coche de carreras legalizado para rodar por la calle.

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