Ponemos a prueba el F-Type de acceso, la versión más asequible del deportivo

Prueba del Jaguar F-Type con motor de 4 cilindros y 300 CV

¿Serán suficientes 4 cilindros y 300 CV para convencer en el Jaguar F-Type?

Jaguar ha decidido poner en el mercado una versión del F-Type que nadie esperaba, una variante de acceso a la gama por debajo de los propulsores V6 que hasta ahora firmaban ese arranque con 340 y 380 CV. Pero en Jaguar han querido sacar aún más provecho de su deportivo y ubicarlo en una posición aún más interesante frente a sus principales rivales gracias al nuevo motor 2.0 Turbo de 300 CV perteneciente a la nueva familia de motores Ingenium.

El objetivo de Jaguar con el lanzamiento de este F-Type de acceso es más que evidente, posicionando al F-Type Coupé y al F-Type Cabrio cara a cara frente a los Porsche 718 Cayman y Porsche 718 Boxster respectivamente. Así, con 300 CV y un ahorro de peso de 52 kilogramos el F-Type aprovecha las ventajas de su afilado diseño y avanzado chasis de aluminio para ser una seria alternativa a los Porsche más asequibles, además de postularse con una sólida alternativa a coupés de similar potencia.

El motor de 2 litros es un propulsor de nuevo desarrollo realizado al 100% por Jaguar Land Rover, un motor que se nutre de los últimos avances de la industria como son el uso de inyección directa o un turbocompresor de tipo Twin Scroll. Este motor gasolina no sólo busca ser la alternativa gasolina más eficiente frente los motores diésel en el resto de modelos Jaguar, sino que además presume de carácter gracias a sus 300 CV de potencia a 5.500 rpm y 400 Nm entre 1.500 y 4.000 rpm. En el caso del F-Type sólo está disponible en combinación con el cambio automático ZF de 8 relaciones, una transmisión que sabe sacar lo mejor de este propulsor tanto en eficiencia – mejora los consumos en un 16% con respecto al V6 - como en prestaciones con un 0-100 Km/h de 5,7 segundos. El cambio manual de 6 relaciones que sí ofrece el V6 de 340 CV no está disponible en el 4 cilindros, una pena para los más puristas, pero lo cierto es que la caja automática funciona tan bien que tampoco es un hándicap insalvable.

El motor de 4 cilindros es posiblemente desde este momento un motor obligado a probar en el F-Type por su equilibrio. Para aquellos que buscan un motor elástico capaz de conciliar todo tipo de conducción, sus 300 CV serán más que suficientes, para los que busquen carácter extra tendrán que empezar a pensar en los V6. La respuesta del motor es agradable, sin brusquedades, subiendo de vueltas de forma constante y siendo muy bien aprovechada por el cambio automático que sabe cuándo y dónde cambiar. A ello hemos de añadir que este F-Type mantiene el selector de modos de conducción, teniendo hasta 3 perfiles de conducción (lluvia/nieve, normal y dynamic) para adaptar su funcionamiento a cada circunstancia.

Pese a que la tracción total llegó al F-Type con motivo de su última renovación, el motor de 4 cilindros y 300 CV sólo está disponible en configuración de tracción trasera. Así, el F-Type sigue manteniendo ese toque picante fruto de una trasera con carácter, pero ahora añade eficiencia y polivalencia a esa ecuación. Jaguar ha buscado en este motor equilibrio, un equilibrio que deja a un lado el temperamento de los V6 y V8 para sacar a relucir otras cualidades en la conducción como son la docilidad o el confort. No quiere decir esto que el F-Type se haya convertido ahora en un felino manso, sino que ahora es un animal más dócil que sólo enseña los dientes cuando lo provocas.

En materia de diseño los cambios introducidos por Jaguar para reconocer a este F-Type de 4 cilindros son mínimos y sólo en el diseño específico de su salida de escape encontraremos la clave para saber ante que motor estamos. Y hablando de escape… ¿Cómo suena este F-Type? Jaguar sabía que las expectativas eran altas a tenor del bramido que firman sus V6 y V8 y por consiguiente no ha decepcionado. El motor de 4 cilindros suena a deportivo, con un escape funcional, sin adornos o sintetizadores y hasta con el regusto de fabricar petardeos y explosiones en las reducciones. Es un F-Type y su melodía es prueba de ello, aún así no alcanza el nivel y volumen de los V6, mucho menos del V8.

De puertas hacia dentro el F-Type no luce diferencias con respecto a su nueva motorización. El diseño del habitáculo no señala en ningún momento que estamos ante el motor menos potente de la gama. Así nos encontramos con un interior pensado para dos únicas plazas donde cabe destacar un nivel de ajuste y calidad de materiales bastante alto, con una posición de conducción muy deportiva, pero con una sensación de confort y amplitud igualmente elevadas tanto para conductor como para acompañante.