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Prueba Range Rover Evoque 2.0d 163 CV: mucho más que un 'subebordillos' de lujo
Hemos puesto a prueba el Range Rover Evoque de última generación, un SUV compacto premium disponible con motores gasolina de 160 y 300 caballos, con tecnología microhíbrida e híbrida enchufable respectivamente.
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Un Skatepark, una pendiente de 45 grados y un Range Rover Evoque. Esa situación extrema muestra que el Evoque no es solo un envoltorio bonito. Tiene cualidades y agilidad para salir de un aprieto. Ese reto que hemos visto lo afrontó el modelo de la generación anterior. Hemos vuelto a probar la segunda generación que, como ves, a la vista es bastante parecida. No dejes de ver la prueba en el vídeo que acompaña este artículo.
Esta última generación del Range Rover Evoque mide 4,3 metros de largo y 1,9 de ancho. Tiene los faros matriciales, tiradores enrasados y la parrilla más limpia, todo el frontal está más despejado. La vista lateral es característica de este modelo, no hacen falta presentaciones, sabes que es un Evoque. Si lo miras desde atrás, está más recortado, se parece a su hermano mayor: el Velar.
El interior tiene todo muy a la vista. En el salpicadero está la pantalla del infoentretenimiento, que se mueve y podemos elegir la posición más cómoda para nosotros, mientras que en la consola central hay otra pantalla con funciones como la climatización, que se regula con ruletas y, aquí debajo, tiene un espacio para el móvil con carga inalámbrica. Hablando de tecnología, el retrovisor interior es digital.
La cámara que ofrece las imágenes del retrovisor está en esta antena en el techo. De esta forma, no nos entorpecen la visión las personas que estén sentadas en las plazas traseras o si transportamos objetos voluminosos en el maletero. Un maletero que cuenta con una capacidad de 472 litros, 1.156 con los asientos traseros abatidos.
Su oferta mecánica está disponible con motores gasolina de 160 y 300 caballos, con tecnología microhíbrida e híbrida enchufable respectivamente. El diésel, también esta presente, con un motor de 163 caballos y otro de 204. Ambos con microhibridación, excepto el menos potente, si lo cogemos con cambio manual.
La unidad probada es la de 163 con cambio automático de nueve velocidades. Esta mecánica es la versión de acceso a los motores diésel, que es el combustible ideal y lógico para estos SUVs. En este caso, el más racional de la gama, porque para un uso cotidiano, tanto en ciudad como en carretera, va sobrado.
Con esta mecánica, tiene un consumo combinado de 6,6 litros a los 100 kilómetros. Puedes entrar al centro de las grandes urbes gracias a la etiqueta ECO de la DGT que le da su sistema de microhibridación. Compuesto por ese pequeño motor eléctrico de 48 voltios que almacena energía y que nos permite usarla al acelerar, para así reducir el consumo y las emisiones.
Su tracción total le aporta mayor seguridad. Circulando por carretera es bastante cómodo, se mueve bien y se siente ágil. Según el tipo de circunstancias, ofrece diferentes configuraciones de conducción.
Para asfalto hay dos programas: normal y eco. Si te gusta la acción y tienes espíritu aventurero, tiene los modos gravilla, nieve y hierba. Por lo que salir fuera de la carretera no es ningún problema para el Evoque.
Su sistema de tracción le aporta seguridad dentro y fuera del asfalto. Tiene arranque de baja tracción que mejora sus habilidades en superficies resbaladizas. Y si tienes que conducir por ellas, por ejemplo: por nieve o hierba, la fuerza del motor puede distribuirse entre las ruedas delanteras y traseras según sea necesario.
Además, si quieres ver lo que pasa debajo del coche cuando vas por un terreno bacheado, hay una función de vista del suelo que proyecta el camino en la pantalla, por si te topas con algún obstáculo. Siguiendo en modo aventura, hay que decir que el Evoque tiene una altura libre desde el suelo de 212 milímetros y una profundidad de vadeo de 530.
También cuenta con el control de descenso de pendientes. Así que, puedes bajar sin miedo por los sitios más complicados, porque el coche mantiene una velocidad constante y frena cada una de las ruedas por separado. Para arrancar en pendiente, lo mismo: el sistema de arranque te da la seguridad de que no te vas hacia atrás.
Se puede decir que el Evoque es un pequeño SUV que sabe manejarse en otros lugares y no quiere que le pongan la etiqueta de 'subebordillos'. Eso que se lo llamen a otros, que por algo este coche tiene mucha clase y es un Range Rover.
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