PRUEBA | VOLKSWAGEN
Prueba Volkswagen Sharan 1.4 TSI 150 CV: en un mundo SUV, el monovolumen sigue teniendo sentido
Los SUV se han convertido en los reyes del mercado y la prueba más evidente la tenemos en el mismo fabricante Volkswagen donde la oferta no para de crecer con Volkswagen T-Roc, Volkswagen Tiguan yVolkswagen Tiguan Allspace ya en el mercado.
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Vivimos una época donde el público se ha volcado con todo cuanto tenga que ver con carrocerías SUV y Crossover. Las modas son así y el cliente es soberano, motivo por el que todos los fabricantes se han animado a lanzar todo tipo de modelos bajo este perfil.
Sin embargo, a pesar del éxito de este tipo de coches, estos vehículos multipropósito tienen sus limitaciones, lo que nos lleva a comprender el motivo de nuestra última prueba del Volkswagen Sharan, y es que sí, el monovolumen sigue teniendo mucho sentido.
Los SUV se han convertido en los reyes del mercado y la prueba más evidente la tenemos en el mismo fabricante Volkswagen donde la oferta no para de crecer con Volkswagen T-Roc, Volkswagen Tiguan y Volkswagen Tiguan Allspace ya en el mercado.Justamente es el Tiguan Allspace el que ofrece la visión más familiar del SUV de Volkswagen, con 7 plazas y un maletero de mayor tamaño que el Tiguan "a secas", pero no nos podemos engañar, y es que cuando se trata de buscar las mejores 7 plazas de toda la gama Volkswagen, es imposible batir al Volkswagen Sharan o la más grande Volkswagen Multivan.
El Volkswagen Sharan es uno de los referentes del segmento monovolumen, apostando por un diseño sobrio y elegante en exterior e interior, pero con la prioridad puesta en la máxima habitabilidad y confort para sus ocupantes. Disponible en configuración de hasta 7 plazas, el Sharan es un verdadero salón rodante donde el aprovechamiento del espacio alcanza cotas imposibles de encontrar en un familiar o SUV, y es que su interior ha sido estudiado al milímetro para poner las cosas muy fáciles cuando se trata de alojar el máximo número de ocupantes.
La zona posterior del habitáculo nos deja con una segunda fila de asientos divida en tres plazas independientes, con posibilidad de desplazamiento longitudinal, con anclajes isofix, posibilidad de inclinación de los respaldos en hasta 20º y con múltiples configuraciones para aprovechar cada asiento de forma individual.La tercera fila de asientos está compuesta por dos butacas individuales que permiten ser ocultadas bajo el piso del habitáculo con el sistema 'Easy Fold'. Esta tercera fila de asientos permite alojar a dos adultos gracias a sus buenas cotas, contando también con un acceso sencillo que se realiza a través de las puertas correderas laterales y abatiendo uno de los asientos laterales de la segunda fila de asientos.
Sólo se echa en falta algo más de espacio para las piernas en la tercera fila de asientos, pero aún así hablamos de plazas plenamente utilizables incluso en viajes de largo recorrido. El proceso para plegar y desplegar los asientos de la tercera fila es sencillo y apenas requiere de unos segundos, es manual y no puede instalar un sistema eléctrico que facilite aún más la maniobra.
Nuestra unidad disponía además tanto de puertas correderas laterales eléctricas, como de portón trasero eléctrico, algo que nos resulta fundamental para comodidad de todos los ocupantes. A la hora de abordar el maletero de la Volkswagen Sharan nos encontramos con un enorme espacio de carga que destaca por unas formas muy regulares donde la ocultación de la tercera fila ofrece un suelo completamente plano.El poder contar con 2 plazas adicionales cuyo plegado mantiene una superficie de carga es posiblemente de lo mejor de esta Sharan. Si viajamos con 7 plazas el maletero permite 300 litros de carga, 711 en configuración de 5 plazas y 2.297 litros con la segunda y tercera fila de asientos abatida. Conociendo las posibilidades en configuración y cifras que brinda la Sharan, queda claro que su principal reclamo está de la segunda fila de asientos hacia atrás, convirtiéndose en un coche imbatible si lo comparamos con otras carrocerías que también presumen de 7 plazas.
La última gran actualización de la Volkswagen Sharan se produjo en 2015, momento en el que el monovolumen de Volkswagen fue puesto al día en materia de equipamiento y motorizaciones. En pleno 2018 encontramos ciertas carencias como puede ser la última revisión del sistema de infotainment o el cuadro de instrumentos digital, aún así la Sharan ofrece un buen nivel de posibilidades y su veteranía en el mercado sólo se hace notar si estamos buscando las más recientes novedades.La oferta de propulsores es amplia, destacando las diferentes opciones diésel de la mano del propulsor 2.0 TDI que va de los 115 a los 184 CV, sin embargo para esta ocasión ponemos a prueba el propulsor gasolina 1.4 TSI de 150 CV desde 37.205 euros en acabado Edition y 42.595 euros en acabado Advance. Hablamos de una alternativa a los propulsores diésel que defiende un mayor refinamiento y suavidad, algo que puede convencer a todos aquellos compradores que no piensan realizar muchos kilómetros.
Este motor está disponible tanto asociado a un cambio manual de 6 relaciones como uno automático DSG de 6 relaciones, siendo esta última opción la más confortable para ciudad aunque supone un sobrecoste de 2.610 euros.
Para hablar de comportamiento en el Volkswagen Sharan, el uso de un motor gasolina es un aspecto fundamental ya que gracias a él encontramos un nivel de suavidad y refinamiento imposible de alcanzar en un motor diésel, sin embargo sus consumos sí que son más altos con registros en torno a los 8,5 l/100 Km de media realizando una conducción mixta en ciudad y carretera.Hablamos de un motor que mueve con soltura este coche y lo hace con un tacto agradable, demostrando suficientes sus 150 CV para una conducción relajada. Sólo a la hora de ocupar el resto de plazas echaremos en falta un extra de potencia o los bajos que brinda un motor alimentado por gasóleo, pero el propulsor 1.4 TSI nos ha parecido una opción muy interesante siempre y cuando los consumos no sean absoluta prioridad en la decisión de compra.
Justo en este punto es importante resaltar que para aquellos que buscan viajar con mucha carga y/o vayan realizar grandes kilometrajes, la apuesta por el diésel es mucho más sensata para este tipo de coches ya que sus consumos son más reducidos y la mayor oferta de par nos permite disfrutar de mejores recuperaciones. Pero si aún así la gasolina es tu única opción, también merece la pena destacar la posibilidad de instalar un interesante motor 2.0 TSI de 220 CV que se convierte en la opción más prestacional de toda la gama.
A pesar una longitud de 4,85 metros y una configuración de suspensiones donde prima el confort, la Volkswagen Sharan ofrece un comportamiento próximo al de una berlina de gran tamaño. Sus reacciones son predecibles y en ningún momento la experiencia de conducción se ve penalizada por su tamaño o peso. Aquellos que provengan de un vehículo de tipo compacto o comportamiento más ágil, podrían echar en falta un tarado más firme en sus suspensiones para afrontar carreteras reviradas, escenarios donde aparecen los movimientos de carrocería más incómodos, pero dado el talante rutero de este monovolumen esto obligaría a renunciar al filtrado y elevado confort que se disfruta en todas las plazas en el resto de situaciones.
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