Ponemos a prueba el Skoda Scout con motor diésel de 184 CV
Skoda Scout a prueba: aventura con toda la familia
Analizamos la versión más campera del Skoda Octavia familiar, un Skoda Scout con tracción 4x4 que presume de grandes dotes todocamino
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Aunque a la hora de pensar en vehículos todocamino y de cierto estilo aventurero siempre aparecen los SUV como primera referencia, lo cierto es que el mercado ofrece un nutrido abanico de posibilidades que cumplen son esas premisas. Precísamente hoy ponemos a prueba a un familiar que nada tiene que envidiar a los tan de moda SUV, y ello lo consigue con una receta sumamente interesante tanto en habilidades fuera de asfalto como en precio, postulándose como una seria alternativa para todos aquellos que quieren mirar más allá. Hoy ponemos a prueba el Skoda Scout.
Si existe un fabricante que siempre ha apostado por las versiones todocamino sobre carrocerías familiares, ese es sin duda Skoda, una marca que siempre ha defendido esta fórmula como la ideal para combinar diferentes usos sin renunciar a nada. Por ello el Scout no deja de ser en realidad un Octavia en su variante familiar, pero ligeramente modificado para ofrecer mejora cualidades todocamino. No hablamos por lo tanto de un coche pensado para duras incursiones fuera de asfalto, pero sí de un coche que permite salir de la carretera o adentrarse en firmes deslizantes con todas las garantías gracias a su tracción total 4x4 de serie o al uso de ayudas electrónicas para tales fines.
Nuestra unidad de pruebas instala un motor 2.0 TDI de 184 CV asociado a un cambio DSG de doble embrague de 6 relaciones y un sistema de tracción total conectable mediante diferencial central Haldex. Estamos por lo tanto ante una fórmula muy conocida en el grupo Volkswagen y que además está incluso disponible en otros modelos de Skoda como los Skoda Karoq y Skoda Kodiaq, rivales directos del Scout. Con esta receta mecánica el Skoda Scout presume de un buen nivel de prestaciones para todo tipo de escenarios, incluso viajando con todas las plazas ocupadas, siendo además el motor más interesante de la gama para poder mover con soltura un coche cuya mayor baza es la oferta de mucho espacio interior listo para ser ocupado por toda la familia.
El grupo motopropulsor mueve con gran soltura el conjunto y además firma unos consumos razonables para el tamaño y peso de este familiar, medias de 6,5-7 l/100 Km reales. Al mismo tiempo la respuesta del grupo es rápida, aunque ésta es modulable en función de los programas de conducción disponibles. Entre todos ellos destacan el modo más eficiente donde el sistema permite incluso la circulación a vela con el motor desengranado o el modo "offroad" donde el Scout exprime su electrónica para hacer trabajar la tracción 4x4 de forma permanente, viéndose apoyada por un ESP más alerta y un control de descenso que facilita mucho las pendientes resbaladizas.
Pese a que esta versión Scout incluye un paquete estético exterior específico con molduras en contraste o paragolpes con protecciones en símil de aluminio, las diferencias con un Octavia familia se quedan ahí. Sí que encontramos una altura libre al suelo incrementada hasta los 171 milímetros, una altura con la que podremos pasar por caminos y trialeras sin demasiada dificultad. En el interior también nos encontramos con detalles específicos para esta versión como son unos asientos de diseño específicos con el nombre "Scout" bordado en el respaldo o tonos marrones para los plásticos que componen el habitáculo.
Durante esta prueba hemos podido circular por todo tipo de escenarios, desde autovía a ciudad, pasando por carretera de montaña y carriles con fuerte presencia de barro y piedras. El mejor resumen que ofrece este Skoda Scout es el de equilibrio, ofreciendo un nivel de confort, estabilidad y aplomo en todos los escenarios comentados. Obviamente los lugares predilectos para este Octavia están en el asfalto, lugar donde más brilla por su configuración de neumáticos y suspensiones, sin embargo se percibe cómo esta versión Scout ha sido pensada para mejorar el filtrado dado que en algún momento abandonaremos la urbe en busca de barro, grava, etc. Así el Scout consigue cumplir en todos los escenarios con muy buena nota, quedando tan solo algo más "cojo" cuando se trata de negociar curvas ya que es donde sale a relucir su longitud de 4,6 metros y el tarado blando de sus suspensiones.
De puertas hacia dentro el Scout nos descubre un habitáculo de trazos sobrios, elegante y bien rematado. La sensación de calidad y robustez se percibe el grueso de los detalles, encontrando además muchos detalles pensados para hacer más práctico el uso del coche. Estos detalles los encontramos especialmente en el maletero, un espacio donde no solo nos encontramos con 651 litros de capacidad, sino donde encontramos mucha ayuda para acomodar la carga con ganchos, perfiles extensibles, huecos, suelo configurable o incluso una luz de maletero que se convierte en linterna portátil. Skoda ha pensado en que este familiar va a ser usado como tal y por ello no ha dudo en facilitar la vida a sus ocupantes.
No cabe la menor duda de que el Skoda Scout es una producto muy interesante, un familiar que pese a sus nuevas posibilidades todocamino sigue presumiendo de confort y espacio. Aún así, tampoco podemos pasar por alto que incluso en casa tiene a sus dos peores enemigos, un Karoq y un Kodiaq más atractivos en diseño, más completos y actuales en equipamiento y con unas posibilidades de espacio similares en el caso del segundo. Pero el Scout se guarda para sí una última carta que por seguro convencerá a muchos, el precio. El Skoda Scout está a la venta desde 24.650 euros, siendo un precio bastante inferior al de sus alternativas SUV en similares configuraciones de motor y equipamiento.
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