340 CV Y SENSACIONES M
Test a fondo BMW Z4 M40i: 10 segundos para saborear el roadster puro
Leves detalles estéticos y una paleta de colores mucho más vivos y vibrantes hacen aún más atractivo de este biplaza, un roadster con todas las letras.
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Paladear el sabor de un roadster auténtico es uno de los mayores placeres a los que tenemos acceso quienes trabajamos alrededor del mundo del motor, pues aúna lo mejor de un descapotable con el picante de un deportivo, biplaza claro, ligero y por supuesto, propulsión, o tracción trasera, si se quiere.
No tuvimos la ocasión en la salida al mercado de la tercera generación del roadster bávaro, pero hemos aprovechado el último facelift para redescubrir un modelo ya icónico en la gama BMW y que volvió a la esencia roadster más pura cuando recuperó el techo de lona.
El M40i (unidad de prueba) se distingue de sus hermanos de gama por las carcasas de los retrovisores en Cerium Grey y salidas de escape con unos espectaculares embellecedores trapezoidales
El Z4 M40i no es un coche ligero, pues en la báscula se sitúa en torno a los 1.600 kg de peso, un dato bastante alto para un coche de este tipo, pero amén del gran corazón que monta, la tecnología y la seguridad pesan, literalmente, en el conjunto.
Aunque las cifras de consumo no sean un elemento demasiado clave a la hora de elegir un modelo como éste, hay que reconocerle que no es tan tragón como cabía esperar.
Así, el valor medio homologado en ciclo WLTP se sitúa 8,1 l/100 km y en un uso real y variado es posible conseguir cifras ligeramente por debajo de ese dato en el modo Eco Pro, aprovechando el modo planeo.
El problema llega cuando te montas en él. Y es que, sólo el sonido rotundo de sus colas -especialmente en el modo Sport y sin capota- tientan a la conducción más deportiva. Y las cifras se disparan, claro, aunque no tanto.
El Z4 M40i no es cualquier cosa, porque, llevado al extremo, este descapotable es todo un deportivo. Las aceleraciones son fulgurantes como demuestra que puede pasar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos. Para transmitir la potencia y ser tan eficaz, equipa la caja automática de ocho relaciones y destaca por incluir mejoras en el bastidor para conseguir un comportamiento más eficaz.
Dentro, los asientos deportivos M Sport son cómodos y sujetan correctamente, aunque carecen del sistema de calefacción para el cuello Air Collar que si tienen disponibles en sus hermanos cabrios de las series 4 y 8. Para gestionar la información y el resto de funciones del Z4, nos encontramos el BMW Live Cockpit Professional con dos pantallas de 10,25 pulgadas cada una.
En cuanto al espacio para equipajes, no cambia la cosa respecto a generaciones anteriores, con cuenta con 281 litros de maletero, aunque al menos el espacio de carga se mantiene inalterado independientemente de que el techo esté puesto o quitado gracias a que la capota de lona -preciosa y muy aislante- tiene su propio espacio tras los asientos.
Así va el Z4 más 'M'
Desde el momento de arrancar y escuchar el rugido, nos damos cuenta de la propuesta lúdica de este coche, que permite disfrutar de una conducción más conservadora gracias al un generoso propulsor cuyo rango de utilización es amplísimo.
Lo demuestra que el par máximo se entrega a sólo 1.500 rpm y se mantiene constante hasta las 4.500 rpm. Poco después, a 5.000 rpm recoge el guante la potencia máxima que se mantiene hasta los 6.500 rpm.
Además, los modos de conducción permiten mostrar tres caras claramente diferenciadas de un mismo coche, pues los programas Eco Pro, Confort y Sport que cambian la dureza de la dirección, la respuesta del acelerador, el tarado de la amortiguación gracias a la suspensión adaptativa, y hasta parámetros como la climatización.
Es rápido, bonito y excitante, encarna las más profundas raíces de la marca alemana, pero también es caro. El Z4 M40i está a la venta desde 79.000 euros y la apetecible lista de extras irá incrementando la tarifa final a poco que nos dejemos llevar.
Tres opciones mecánicas a elegir
En España la gama inicial del Z4 arranca con la versión sDrive20i que incluye un bloque con cuatro cilindros y 197 CV en combinación con una caja automática de ocho velocidades.
En un escalón intermedio está el sDrive30i con el mismo motor pero modificado para elevar la potencia hasta los 258 CV.
La tercera, para aquellos que busquen unas prestaciones acorde con la idea roadster, está el M40i. motivo de nuestra prueba
Todos llevan transmisión automática de serie porque tras este facelift ya no existe posibilidad de equipar un cambio manual.
A pesar de la tendencia actual en la industria automovilística, ninguno de estos propulsores lleva electrificación así que lucen la etiqueta medioambiental C en el parabrisas.
Lástima que no se haya incluido algún sistema MHEV para ganarse la pegatina Eco que da algunos beneficios en entornos urbanos.
Claves de una actualización medida
Si bien estéticamente no hay demasiadas modificaciones, sí es interesante la nueva paleta de colores con tonos mucho más vivos y vibrantes que seguramente conseguirán aumentar los atractivos de este biplaza.
Si el color morado Thundernight (unidad de prueba) ya visto en el BMW Serie 2 Coupé te había enamorado te encantará saber que ahora es posible incluirlo en el BMW Z4 junto a los azul Blue Portimao y gris Skaycraper Grey.
Otro cambio es que la línea exterior en negro es de serie en todas las versiones, dejando en opción la extendida que también llega al contorno de las ópticas principales. La parrilla es diferente pero mantiene los característicos riñones de BMW.
En el interior no hay cambios en el diseño y esto es algo bueno, contando con una distribución muy lógica de todos los mandos y una presentación cuidada.
Sí se han mejorado algunos ajustes y terminaciones para conseguir una sensación de calidad todavía más alta mientras que algunos elementos del Pack M interior ahora son de serie.
Precios del resto de la gama
La versión de entrada a la gama española es la denominada sDrive20i. Posee un motor 2.0 TwinTurbo con 197 CV de potencia y se combina exclusivamente con la caja de cambios automática de ocho velocidades. Esta versión arranca en los 57.600 € sin incluir posibles descuentos o promociones.
La variante intermedia es la que toma la denominación sDrive30i. Utiliza el mismo motor de cuatro cilindros pero eleva la potencia hasta los 258 CV, destacando además por prestaciones y consumos. Esta versión es posiblemente la más equilibrada de la gama y está disponible desde 66.200 €.
De serie en todos los acabados se incluyen los faros LED, control de crucero con limitador, navegador con pantalla de 8,8 pulgadas, Apple CarPlay, Android Auto, radio DAB, bluetooth, cámara posterior, llantas de aleación, asientos calefactables, capota eléctrica, instrumentación digital, etc.
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