A CAUSA DEL FRÍO
Coches eléctricos e invierno: así puedes evitar quedarte sin autonomía
La nieve no supone ningún problema, pero las bajas temperaturas sí porque afectan a la batería y, en consecuencia, a la independencia eléctrica del vehículo.
Publicidad
- Estas son las infracciones que, en 2021, te costarán 500 euros
- Un ex-ingeniero de la NASA revela el truco definitivo para desempañar las ventanillas
- La DGT estrena sus exámenes para ciclistas: ¿en qué consisten?
- Así puedes evitar que la sal de la carretera dañe tu coche
- ¿Qué es mejor para la nieve, cadenas o neumáticos de invierno?
La nieve no supone ningún riesgo para el funcionamiento de un coche eléctrico, pero las bajas temperaturas sí juegan en su contra. Cuando los grados empiezan a bajar en el termómetro, la autonomía de estos vehículos camina sobre un fino alambre porque el frío rebaja esa independencia. El objetivo es, por lo tanto, no agotar toda la capacidad antes de llevar a cabo la próxima recarga. Así puedes evitar quedarte sin batería.
Cuando se trata de un vehículo cero emisiones con una autonomía de 400 o 500 kilómetros, desperdiciar energía no es un problema tan grave. La cosa cambia cuando en nuestras manos tenemos un modelo cuya independencia eléctrica ronda los 200 o 300 kilómetros. Como sabemos, todos los elementos que forman parte de un coche eléctrico se alimentan de la energía que está almacenada en la batería: iluminación, sistemas de confort, la pantalla, el panel de instrumentos si es digital… sin olvidar, por supuesto, el motor.
Cómo evitar que el frío nos deje sin autonomía
¿Cómo podemos evitar los efectos del frío? Lo más aconsejable es estacionar el coche en un aparcamiento o un lugar protegido de las bajas temperaturas. A esto hay que añadir otro factor importante: mantener la batería a su máximo nivel aunque no vayamos a realizar un trayecto próximamente. Si no tienes un punto de recarga propio, recupera su capacidad antes de volver a casa.
Aparcar de esta manera es importante porque tendrás que invertir menos energía a la hora de descongelar el parabrisas, los retrovisores, las ventanillas o la luneta trasera. Este proceso se realiza gracias a la calefacción, que consumirá energía de la batería hasta que llegue a la temperatura óptima. No en vano, se pueden llegar a perder 50 kilómetros.
A la hora de calentar el interior del coche con la bomba de calor es aconsejable dar tiempo a la batería y a los diferentes componentes para que alcancen el nivel de temperatura necesario para que funcione. Si no dejamos este margen, será la calefacción auxiliar la encargada de realizar este trabajo consumiendo energía de la batería y rebajando (todavía más) la autonomía.
Publicidad