Probamos el Audi SQ5 Sportback, eficiencia y deportividad con etiqueta Cero

Audi tiene mucha experiencia con las nuevas tecnologías electrificadas. Solo hace falta ver lo que han conseguido con el nuevo Audi e-Tron GT, su nueva berlina cien por cien eléctrica, un coche que probamos hace unos cuantos programas en una pieza muy especial. Sin embargo, hay otras alternativas sostenibles dentro de su gama, como los híbridos ligeros o Mild Hybrid que, si se asocian con mecánicas eficientes, pueden reducir los consumos en casi 1 litro cada 100 kilómetros frente a sus homólogos sin este tipo de tecnología, emitiendo así menos CO2.

¿Quién dijo que el diésel había muerto?

Son los motores de combustión más eficientes y limpios del mercado, aunque las “malas lenguas” digan lo contrario. Pero no solo eso: también pueden ofrecer altas prestaciones. Por eso Audi ha juntado eficiencia y deportividad en este Audi SQ5 Sportback con el que hoy voy a tener un pequeño vis a vis.

A sus líneas de estilo coupé se añaden elementos deportivos específicos de esta variante S. Como una parrilla singleframe rediseñada, nuevos faros LED matriciales de serie, pudiendo contar con unos OLED opcionales en los pilotos traseros, o también paragolpes con tomas de aire más grandes, llantas de hasta 21 pulgadas, frenos sobredimensionados con pinzas de seis pistones delante y, para terminar, cuádruple salida de escape. Todos estos elementos completan su look más cañero.

Pero el elemento más importante está debajo del capó: su motor V6 diésel de 341 caballos. Va asociado a una caja de cambios automática y a la tracción total Quattro de Audi, lo que catapulta a este SUV coupé hasta los 100 kilómetros por hora en solo 5,1 segundos.

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