Para tenerlo mucho antes de 2035
El as bajo la manga de Mercedes-Benz para electrificar su gama antes de 2030
Mercedes-Benz ya se encuentra en la tesitura de tener su gama electrificada antes de 2030, convirtiéndose en una de las primeras marcas en lograrlo.
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La lucha por tener una gama eléctrica está servida. La Unión Europea ha sido muy clara con el objetivo a cumplir en 2035, y Mercedes-Benz ha tomado buena nota de ello. “Si el mercado lo permite, Mercedes está para solo ofrecer vehículos eléctricos antes de 2030.” Así, sin miramiento alguno, declaraba la firma alemana el fuerte apogeo que tendrá el coche eléctrico en su gama, que será una realidad aún más plausible gracias a la inversión de 40.000 millones de euros en electromovilidad.
Aunque bien es cierto que en la actualidad Mercedes-Benz cuenta ya con cinco modelos 100% eléctricos pertenecientes a la familia EQ, aún queda mucho por delante. De momento, serán tres vehículos más los que hagan acto de presencia en el futuro más inmediato, siendo estos el EQE y las correspondientes versiones SUV de este y del EQS.
De esta forma, la familia ampliará a ocho, pero Mercedes-Benz deja claro que pueden ser todos eléctricos en 2025, es decir, dentro de cuatro años. La hoja de ruta comienza con la posibilidad de ofrecer una alternativa eléctrica en 2022 de todos y cada uno de los segmentos con los que trabaja, aunque habrá mucho más.
Y es que la casa alemana contará con tres nuevas plataformas en 2025: MB.EA, ideada para crear vehículos de pasajeros de tamaño medio y grande; AMG.EA, cuyo objetivo será dar vida a vehículos eléctricos de altas prestaciones y la VAN.EA, que se encargará de servir de punto de partida para vehículos comerciales ligeros.
Para poder asumir dicha ampliación letal para el coche de combustión, Mercedes-Benz requiere de la presencia de ocho mega-fábricas de baterías con una capacidad total de 200 GWh, de las cuales cuatro estarían en Europa. Al mismo tiempo, la firma promete baterías con mayor densidad energética gracias al uso de ánodos de silicio-carbono, permitiendo así una mayor capacidad en formatos más pequeños.
A su vez, Mercedes-Benz quiere poner fin a uno de los mayores inconvenientes del coche eléctrico: la escasa red de carga. Para ello, la casa alemana implantará lo que se conoce como Mercedes me Charge, un cómputo de cargadores conformado por más de 530.000 puntos capaces de ofrecer un sistema de conexión y pago automático.
De esta forma, Mercedes-Benz pone rumbo hacia un objetivo que cumple de manera prematura, haciéndole jaque así a muchos de sus rivales. Y es que de tener su gama completamente electrificada en 2025, estaríamos hablando de la primera marca en establecer una transición completa.
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