Probamos el renovado Kia Sportage, que se actualiza y se apunta a la moda de la 'hibridación suave'

Tras presentarnos a un KIA Ceed completamente nuevo hace apenas un mes, el fabricante coreano nos presenta a otra de sus renovaciones más importantes. Se trata del lavado de cara del KIA Sportage, uno de los SUV medianos más vendidos y competentes de su categoría. Es uno de los rivales más fuertes de coches como el Nissan Qashqai, SEAT Ateca o Peugeot 3008. Los primeros cambios se centran en el plano estético, con nuevos paragolpes delanteros y unas ópticas rediseñadas. El frontal gana en agresividad y abandona la imagen simpática de la que hasta ahora disfrutaba el KIA Sportage.

Nuevos diseños de llantas de 16, 17 y 19 pulgadas se suman a unos pilotos traseros rediseñados, con funcionamiento LED. Las versiones GT Line del KIA Sportage siguen contando con unas imitaciones de protecciones off-road e inserciones en color negro a lo largo de su carrocería, en calandra, taloneras y portón trasero. Además, los GT Line presumen de una salida doble de escape y unas llantas exclusivas de 19 pulgadas. En cuanto al habitáculo, no hay grandes cambios, pero sí una evolución lógica y una ligera actualización. Por ejemplo, el volante multifunción es de nuevo cuño.

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