EL MÁS POTENTE DE LA GAMA
Prueba del Seat Tarraco e-Hybrid: potente, cómodo y sostenible
Nos subimos a la versión híbrida enchufable del Seat Tarraco, que no sólo es el modelo más grande de Seat: también es el más potente.
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El Seat Tarraco e-Hybrid, la versión híbrida enchufable del modelo en cuestión, no sólo es el SUV más grande de la gama de la marca española: también es el más potente, al menos, por ahora. Englobado dentro de la apuesta de Seat por la sostenibilidad, nos subimos a bordo para comprobar cómo funciona en un recorrido por carreteras secundarias que, además, atraviesa algún núcleo urbano. Esta es la prueba del Seat Tarraco e-Hybrid.
Con un simple vistazo es sencillo adivinar que apenas hay diferencias estéticas entre la versión convencional y la híbrida enchufable. Sólo son un par: la identificación del carácter híbrido enchufable del coche y la toma de carga en la aleta delantera.
Lo mismo ocurre en el interior: más allá de la información sobre el sistema eléctrico que nos proporciona la instrumentación digital y el botón E-Mode que hay junto al cambio de marchas, sólo hay un elemento diferenciador. Y es que el Seat Tarraco e-Hybrid no incluye la tercera fila de asientos para convertirse en un SUV de siete plazas debido a su condición PHEV, algo que también reduce la capacidad de su maletero hasta 610 litros.
El motor del Seat Tarraco e-Hybrid
Bajo el capó nos encontramos con el propulsor 1.4 TSI de 150 CV y con un motor eléctrico de 115 CV: juntos desarrollan una potencia de 245 CV de potencia y un par motor máximo de 400 Nm. Este conjunto tiene un par de modos de conducción: el E-Mode que permite seleccionar una conducción híbrida o eléctrica y el S-Boost, que nos permite exprimir al máximo sus prestaciones.
El apartado eléctrico es cosa de su batería de 13 kWh, que promete una autonomía de 49 kilómetros y un consumo medio que oscila entre los 1,6 y los 2,1 l/100 km según el Ciclo WLTP. Tiene una potencia máxima de carga de 3,6 kW, que permite tenerla lista en tres horas y media si la conectamos a un Wallbox o en algo más de cinco horas y media si usamos un enchufe convencional.
Prueba del Seat Tarraco e-Hybrid
Ahora que sabemos qué tenemos entre manos es momento de arrancar. La variante PHEV del Seat Tarraco arranca usando su motor eléctrico y no tardamos en percibir las características de su conducción: la suavidad y la comodidad. No en vano, se trata de un vehículo con un enfoque eminentemente familiar y desde este prisma debemos observarlo.
En marcha se nota el chasis adaptativo DCC y la dirección del Seat Tarraco tiene un suave tarado, algo idóneo para trayectos urbanos aunque no tanto para viajes en carretera donde se echa de menos algo más de rigidez. A pesar de su tamaño y de su peso, ofrece un comportamiento dinámico y estabilidad a la hora de afrontar recorridos algo más revirados como el que hemos hecho. Y es que si algo ha sabido mantener la marca española en la versión enchufable es el buen hacer de la variante convencional de este SUV.
El cambio automático DSG de doble embrague y seis relaciones nos devuelve ese rápido comportamiento de siempre y, además, nos ofrece la posibilidad de manejarlo manualmente con las levas o el pomo. Tiene cuatro modos: normal (D), Sport (S), Manual (M) y Brake (B), que nos permite recargar la batería. Un punto a favor si vamos a movernos con él por la ciudad sacando jugo a ese sistema PHEV, que es la clave de este Seat Tarraco híbrido enchufable.
Terminamos nuestra prueba hablándoos de precios. El SEAT Tarraco e-Hybrid (disponible con el acabado Xcellence y con el FR) arranca en 46.370 euros sin descuentos ni ofertas, pero con ellas y con el Plan Moves su precio se queda en algo menos de 40.000 euros.
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