El Camry debuta en España con el confort por bandera
Test a fondo Toyota Camry Hybrid: una berlina formidable hecha para rodar
Nos hemos puesto al volante del Toyota Camry, una berlina de 4,98 metros de longitud en la que la que el confort de marcha es su mejor cualidad, además de unos acabados y calidad muy parejos a su hermano premium, el Lexus ES.
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Con permiso de los SUV y la polivalencia del segmento de moda que copa el mercado mundial, las berlinas ofrecerán siempre ventajas inalcanzables para estos, por mucha tecnología que lleven, y es que cuando se trata de máximo confort y eficiencia en carretera, son muy dificilmente igualables.
Es por este motivo por el que aunque Toyota decidió eliminar el Toyota Avensis de su oferta, ahora regresa a esta categoría con un coche de gran trayectoria y éxito comercial en otros mercados como USA u Oriente Medio. Hablamos del Toyota Camry motivo de nuestra prueba, una berlina de 4,98 metros de longitud que con su última renovación fue desarrollada con la intención de desembarcar en Europa, teniendo incluso una alternativa basada en la misma plataforma, aunque todavía más lujosa con el Lexus ES 300h.
El planteamiento de este Camry es la de la berlina tradicional, buscando ofrecer un nivel de confort en largos trayectos, y lo cumple con creces. Este confort se consigue a través de un gran trabajo en materia de suspensiones, con un buen aislamiento -aunque a veces la rodadura es perfectible- del exterior, mucho espacio interior y una mecánica híbrida gasolina de última generación que encaja perfectamente en el conjunto.
Y es que los largos trayectos por carretera, sobre todo en autovía, son el terreno donde mejor se desenvuelve el Camry. Aunque en zonas urbanas y más angostas no lo hace nada mal. En zonas de curvas, esta berlina solo se ve penalizada por su gran tamaño y tarado de suspensiones, pero es que aún así, sigue ofreciendo una gran calidad de rodadura.
El nuevo Toyota Camry destaca sobre la mayoría de berlinas medias e incluso grandes, en el espacio disponible para sus pasajeros, especialmente los posteriores. La apuesta de Toyota ha sido claramente la de fabricar una berlina capaz de acomodar todo tipo de estaturas y envergaduras en los asientos traseros, contando con una sección posterior de las más amplias de su categoría.
Añade además, extras de gran valor como un climatizador trizona, reglajes eléctricos para los asientos traseros o una consola de control de mandos en el reposabrazos central. Tras un buen puñado de kilómetros a lomos de este Camry, es en las plazas posteriores donde mejor se viaja.
En el apartado de equipamiento y asistentes a la conducción el despliegue es notable, contando con la práctica totalidad de sistemas que podemos demandar en un coche de última generación. El control de crucero es adaptativo y con función de mantenimiento de carril, contando además con frenada autónoma de emergencia y asistentes precolisión. El apartado de infoentretenimiento es menos ambicioso, lo que encaja bastante en cierto perfil de berlina 'clasica'.
La sensación al volante del Toyota Camry es simplicidad y comodidad por encima de otros aspectos. Y es que se trata de una de las berlinas más confortables del mercado. Bajo el capó encontramos un motor híbrido gasolina de 218 CV compartido con el Toyota RAV4, una mecánica que mueve con gran soltura a esta berlina de gran tamaño, ofreciendo una baja sonoridad y firmando además consumos bastante ajustados. Es fácil moverse en torno a 6 l/100 Km, sacando todo su potencial en ciudad gracias al trabajo del motor eléctrico a baja velocidad.
Solo echamos en falta algo más de aislamiento de la rodadura, especialmente en firmes irregulares. El siempre cuestionado funcionamiento del e-CVT pasa a un segundo o tercer plano en este caso, y es que además de la mejora alcanzada en esta última generación del motor híbrido de Toyota, dado el enfoque de este Camry y el empuje de la mecánica, es poco habitual demandar el máximo de sus 218 CV que es cuando más saca a relucir la transmisión su peculiar funcionamiento.
La berlina se comercializa con tres acabados: Business (desde 32.300 euros), Advance (desde 32.500) y Luxury (desde 38.000). Todas las versiones cuentan con un descuento de lanzamiento, que alcanza hasta los 5.400 € de promoción.
La octava generación del Camry se ha desarrollado en base a la plataforma TNGA-K del fabricante japonés, caracterizada por ofrecer una gran batalla, que se traduce en mayor espacio para los ocupantesr. Mide 4,8 metros de largo y cuenta con un maletero de 524 litros -500 l en el caso del acabado más alto (Luxury) por el reglaje de los asientos traseros-.
De serie, el equipamiento ya es cuantioso, con elementos como la cámara de visión trasera, climatizador bi-zona, faros LED, sensores de luz, lluvia y aparcamiento delanteros y traseros, llantas de aleación de 17 pulgadas, sistema multimedia Toyota Touch 2 con pantalla táctil de 7”, cuadro de instrumentos con pantalla TFT de 7” y Toyota Safety Sense, el conjunto de sistemas de seguridad y ayuda a la conducción del fabricante nipón.
En la versión Advance, aparecen llantas de 18” o el sistema multimedia con navegador integrado en una pantalla multimedia de 8”. Por último, con el acabado Luxury se integran extras como asientos calefactados, Head-Up Display, sistema inteligente de asistencia al aparcamiento, cargador inalámbrico de smartphones o climatizador tri-zona, entre otros.
El modelo que ya se comercializa en nuestro país cuenta con una paleta de colores formada por ocho tonalidades diferentes: Azul Cobalto, Blanco Classic, Blanco Perlado, Basalto Metalizado, Bronce Platino, Negro Cosmo, Plata y Rojo Emoción.
Al igual que sus hermanos de gama, al impulsarse con tecnología híbrida, se beneficia de las ventajas de la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico (DGT).
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