Es un regalo de la Conferencia Episcopal Católica de Japón
El Toyota Mirai de hidrógeno se convierte en el nuevo papamóvil
El Papa Francisco ha recibido un Toyota Mirai de cero emisiones diseñado adaptado para las apariciones públicas del Santo Padre en el Vaticano y sus alrededores.
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Desde que el Papa Juan Pablo II sufrió un intento de asesinato en 1981 montado en el Fiat Campagnola desde el que saludaba al público, el coche del Santo Padre fue adaptado con una cúpula para protegerle en todas sus apariciones públicas. A partir de ese momento, el pontífice ha utilizado diferentes modelos para moverse, todos ellos con un diseño característico y con la misma matrícula: SCV1, que significa Stato della Città del Vaticano (Estado de la Ciudad del Vaticano).
En los últimos años, el Papa Francisco ha optado por no utilizar la cúpula en alguna ocasión para acercarse más a los feligreses, pero no hay que olvidar que es el Jefe de Estado de un país y el máximo representante de la Iglesia Católica, por lo que su coche tiene que estar preparado para ofrecer la máxima protección, sea cual sea el modelo escogido.
Es el caso del último papamóvil, un Toyota Mirai eléctrico con pila de combustible de hidrógeno regalado por la Conferencia Episcopal Católica de Japón. No es el primer coche de cero emisiones que utiliza el pontífice –en 2012 estrenó un Renault Kangoo Z.E.–, pero sí es el primer modelo que emplea el hidrógeno para generar electricidad y moverse con un balance cero de emisiones, reduciendo así el impacto sobre el medio ambiente.
Por suerte para el Papa, en Italia hay bastantes más estaciones de hidrógeno que en España. Al fin y al cabo, la falta de sitios para repostarlos es el principal problema de estos coches en países como el nuestro, donde actualmente solo se comercializa una alternativa de hidrógeno: el Hyundai Nexo.
El Toyota Mirai que ha recibido el Papa es de la generación anterior, que sigue a la venta hasta que el nuevo modelo aterrice en los concesionarios después de ver la luz a principios de 2020. Utiliza un motor eléctrico que desarrolla 155 CV y 335 Nm de par máximo, suficiente para acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 10 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 179 km/h. Obviamente, las prestaciones del Mirai papamóvil son un poco más discretas porque su diseño ha sido adaptado, sin importar el peso extra y la aerodinámica. A diferencia de la versión de serie, que mide 4,89 m de largo, tiene una longitud de 5,1 metros y una altura de 2,7 metros para que el pontífice pueda saludar de pie desde dentro de la cúpula transparente. Por supuesto, es blanco y mantiene la matrícula SCV1.
La ceremonia de entrega tuvo lugar en la Ciudad del Vaticano y en ella participaron varios representantes de la Iglesia Católica y de Toyota. El coche que recibió el Papa es una de las dos unidades fabricadas por Toyota y donadas a la Conferencia Episcopal Católica del país asiático con motivo de la visita del pontífice a Japón en noviembre de 2019.
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