Al volante del Audi A4 Avant G-Tron: Un familiar 'ECO' sin renuncias ni restricciones

El gas, que por un momento pareció perder terreno, ha terminado imponiéndose a corto plazo como salida para muchos conductores (no solo profesionales) que sin remedio tienen que acceder a las grandes ciudades que, en un futuro muy próximo -otoño en Madrid- se verán cerradas al tráfico de coches no sostenibles. Como el GLP (Gas Licuado del Petróleo), el GNC (gas natural comprimido) es una buena alternativa por consumo y por eficiencia a los modelos diésel. Y con la ventaja de que son menos contaminantes sobre todo en los temidos óxidos nitrosos que han convertido a los diésel en tan impopulares últimamente.

Pero vamos al caso que nos ocupa, el Audi Avant 4 G-Tron que hemos probado y al funcionamiento de su sistema híbrido. Por defecto, el G-Tron arranca utilizando gas. Un control electrónico reduce la elevada presión del gas natural comprimido que llega desde el depósito a 200 bares hasta unos 5-10 bares, que es la presión a la que debe trabajar en el motor. Cuando la presión del GNC baja hasta los 6 bares (no hay conmutador para pasar de gas a gasolina o viceversa, como ocurre generalmente con el GLP), el 2.0 TFSI de 170 caballos comienza a funcionar con gasolina. La transición es absolutamente inapreciable.

Sin embargo, durante nuestra prueba hemos observado que con la gasolina el motor gana en viveza, en especial a bajas revoluciones. Con todo, el gas mueve bien el coche y, lo más importante, con la misma finura y calidad que un motor de gasolina. De hecho, el secreto reside en que guarda un pequeño depósito de sin plomo (25 litros) que únicamente emplea cuando el de gas (19 kilos) se agota. De lo contrario, arranca y circula siempre con GNC. Nunca falta potencia, y siempre están a mano los conocidos modos de conducción de Audi: Efficiency, Comfort, Sport e Individual.

Volviendo al tema del gas, ese mecanismo tan 'simple' da una solución de movilidad, ecológica y a un precio razonable en mucho menor tiempo y con un menor coste que otros desarrollos tecnológicos en los que trabaja la marca alemana: electrificación, célula de combustible o la tecnología mild hybrid. La etiqueta de emisiones ECO le otorga privilegios de circulación en la mayoría de los escenarios de alta contaminación y una bonificación del 50% en las zonas de estacionamiento regulado de las grandes urbes. Una calificación, la de ECO, que se gana gracias a que el GNC emite un 15% menos de CO2 que un diésel equivalente.

GNC: más barato y sin las esperas de los híbridos eléctricos

Audi, en esta guerra del gas ha apostado por el GNC como combustible alternativo a la gasolina. Un carburante que ofrece ventajas como su menor coste, su bajo contenido en emisiones contaminantes, incluyendo las 0 partículas que emite y su total seguridad. Para empezar, el kilo de GNC ronda los 0,96 €, por lo que llenar el depósito apenas cuesta 18 €. Con esa suma recorrerás algo más de 400 km con un consumo medio que ronda los 5 kg/100 km (todo se mide en kilogramos). Hablamos de un gasto de 4,8 € cada 100 km, muy reducido. Estas ventajas se evaporan, y por eso hablaba de un vehículo para usar siempre con gas, cuando se agota el depósito y pasa a gasolina. Ahí el consumo medio asciende hasta 8,5 l/100 km.

Por otra parte, el proceso de repostaje es sencillo y rápido como en un Audi A4 convencional, a diferencia de, por ejemplo, un coche eléctrico (hablando de ejemplos de movilidad alternativa). Pero justo aquí asoma la gran particularidad y nota menos positiva del GNC: no hay suficientes surtidores en España, aunque es cierto que cada vez más. Actualmente son más 60 las estaciones abiertas. De momento, la red de estaciones GNC más completa está acotada a grandes ciudades.

Autonomía de 950 kilómetros

Con 270 Nm de par disponible desde 1.650 revoluciones, se garantiza una respuesta casi instantánea. Y el resultado en términos de ahorro es muy interesante: el consumo medio de gas oscila entre 3,8 y 4,4 kg/100 km (a unos 0,96 euros el kilo) y en gasolina oscila entre 5,5 y 6,5 l/100 km en función de la medida de los neumáticos. Nuestra unidad de prueba montaba sobre llantas de 19" y neumáticos de 245mm con perfil bajo. Así, con ambos se garantiza una autonomía oficial de 950 kilómetros (500 con gas y 450 con gasolina), que al final termina reduciéndose en torno a 100 kilómetros en función de las circunstancias del tráfico y la conducción.

Como sucede con todos los híbridos de autonomía extendida, hay que pagar el algunos 'peajes'. Así, los depósitos de gas situados debajo del maletero reducen el tamaño del depósito de gasolina (25 litros) y el del maletero (415 litros frente a 505). Sin embargo, ni la habitabilidad trasera ni la calidad del conjunto se ven comprometidas. Respecto a sus hermanos de gama, el A4 Avant g-tron es unos 600 € más barato que un A4 Avant TDI 190 CV equiparable y 2.500 € más caro que un TDI de 150 CV. El único TFSI de gasolina cercano es manual, de 150 CV y 6.700 € más asequible.

Sin renuncias

El Audi A4 Avant G-Tron no pierde ninguna de las características de cualquier modelo equivalente; ni en acabados, ni en equipamientos, ni en sistemas de ayuda a la conducción, ni en calidad. Las conclusiones de la prueba, realizada en puro recorrido mixto (carretera convencional-autopista-ciudad), la unidad con cambio S tronic de siete velocidades -opcional-, salvo una levísimo retardo a bajas revoluciones, mantiene prestaciones y sensaciones al volante, el motor se estira sin problemas y consigue unos datos muy destacables, como los 8,4 segundos para el 0 a 100 km/h o los 221 km/h de velocidad punta.