La evolución del 488 de circuitos pretende alargar la racha de su predecesor
Ferrari 488 GT3 Evo, para todos los que siempre soñaron ganar vestidos de rojo
Presentado en noviembre de 2015, el Ferrari 488 GT3 ha acumulado cuatro años de éxitos y experiencia que ahora se plasman en su sucesor, el 'Baby GTE'.
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La categoría GT3 se ha convertido desde hace años en uno de los mejores exponentes de lo conocido como las carreras-clientes para los fabricantes y los equipos/constructores, dando lugar a una competición en la que pilotos profesionales se intercalan con amateur y Gentleman Drivers que buscan calma su gusanillo por la competición. Si muchos sueñan con tener un Ferrari en el garaje, otros muchos sueñan poder participar en carreras con ellos.
Con motivo de las Finali Mondiali celebradas este fin de semana en el Circuito de Mugello, Ferrari mostraba su nuevo 488 GT3 Evo 2020, un vehículo que está destinado a competir en los principales campeonatos de GT’s, tanto al sprint como de resistencia con el mismo éxito de su predecesor. Llegada la versión anterior al final de su vida ‘útil’, la firma del cavallino rampante ha presentado una evolución que toma muchas características de su hermano mayor, el Ferrari 488 GTE que actualmente compite en el Mundial de Resistencia.
Las áreas en las que se ha centrado el trabajo han sido la aerodinámica, la dinámica del vehículo, la ergonomía, la seguridad y la fiabilidad. Es por ello que destacan los numerosos elementos nuevos introducidos después de hasta 18.000 horas de cálculos y simulaciones realizadas a través de Dinámica de Fluidos Computacional. El frontal recibe serias modificaciones, incluido cambios en el splitter, nuevos respiradores en los pasos de rueda delanteros y cambios en el alerón trasero. Todo ello, además de dotarlo de una nueva imagen también pretende aportar más carga al eje anterior, haciéndolo más estable tanto en frenada como en curva.
Hay más novedades en cuanto al vehículo anterior, ya que al igual que el Ferrari 488 GTE, el GT3 Evo cuenta con una mayor distancia entre ejes, lo que incide directamente en un mejor manejo, así como la posibilidad de reducir el desgaste de los neumáticos al poder repartir mejor los esfuerzos a través del chasis. Por si fuera poco, esta decisión por parte de Ferrari también facilita la conversión entre ambos modelos. El otro gran punto de mejora ha sido la reducción de peso que, si bien está ligada a la normativa técnica de cada campeonato, permite que los pesos necesarios para llegar al límite mínimo del conjunto puedan ser introducidos en forma de lastres colocados donde más le convenga al equipo.
No, el motor es una de las pocas cosas que se ha mantenido invariable, pero el V8 Biturbo sí recibe un nuevo ECU que mejora la entrega de par, muchos más suave y precisa según el fabricante y que de paso ayuda al apartado de la fiabilidad. Se ha cuidado hasta el último detalle hasta el punto de que el baquet diseñado por Sabelt tanto para el GT3 como el GTE es más rígido, robusto y ligero, hasta 2,4 kilogramos respecto al que se utilizaba hasta ahora.
Por el momento, Ferrari no ha desvelado el precio que cuesta el kit completo, pero sí que se ha dado a conocer que podrá ser adquirido como paquete de mejoras para actualizar el modelo anterior, o ya introducido en un vehículo de nueva construcción. Como opcional, los de Maranello han creado un paquete para carreras de resistencia que facilita la labor de repostajes y mantenimiento en boxes, así como la introducción de nuevos faros para seguir compitiendo cuando caiga el sol. Algo muy a tener en cuenta cuando estás compitiendo en Nordschleife entre decena de vehículos y cuentas con la seguridad de tener hasta 4.500 lúmenes señalándote el camino.
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