Salta la alarma de una fuga radiactiva a la atmósfera en la central nuclear de Almaraz, Cáceres. Lo primero es avisar a la población. Así arranca este simulacro de accidente nuclear europeo. Fundamental cerrar puertas y ventanas, y colocar trapos húmedos para que no se cuele la radiación.
Las calles están desiertas, prohibido salir de casa. Hay que evacuar, cuanto antes, a los niños de un colegio. Les llevan a un centro de descontaminación, donde expertos médicos y radiológicos, protegidos con trajes NBQ, comprueban si están infectados. Después se activan los controles de carretera para que los vehículos no accedan al perímetro afectado por la fuga.
En caso de riesgo extremo, en un campamento habilitado para los 1.000 efectivos de los cuerpos de seguridad de España, Francia Portugal, Bélgica, Italia y Marruecos, también disponen un camión bire completamente blindado. Un operativo amplio de simulacro, para prevenir que desastres como el de Fukushima no se produzcan en España.