Tener "supervisión", guardar recuerdos, predecir infartos o poner música en el móvil con el cerebro. "Sé que suena como un episodio de Black Mirror", expresa el empresario Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX durante la presentación de su nuevo proyecto, celebrada el pasado 28 de agosto. Se trata de Neuralink, un chip que podrá instalarse en el cerebro y cuyo uso "dura un día entero y se carga por la noche". Como un teléfono o un reloj inteligente. Para Musk, las neuronas "son cables", y él quiere controlarlos.
"Necesitas una herramienta electrónica para solucionar un problema electrónico". Así es como entiende el multimillonario sudafricano la mayoría de trabas que surgen con la vejez, como la pérdida de memoria, la sordera o la parálisis. El objetivo final es "solucionar problemas cerebrales y de la espina dorsal con un dispositivo implantado". Se ubica en la parte superior de la cabeza y tiene "el tamaño de una moneda". Una oda a la modernidad, puesto que la operación no la hará un ser humano, sino un robot: "Se necesita precisión extrema", justifica el empresario.
Sin anestesia general, rápida y fuera del hospital en un día
La cirugía necesaria para implantar el chip, según explica su creador, no requiere de grandes esfuerzos médicos. La operación dura aproximadamente una hora, no se necesita anestesia general y es posible abandonar el centro sin problemas ese mismo día: "Puedes ir al hospital por la mañana e irte al mediodía", espeta Musk. Ahora bien, ¿dónde se introduce exactamente este implante?.
En un principio, Neuralink planteó instalar el chip detrás de la oreja, aunque las pruebas mostraron que su instalación en dicho lugar sería "mucho más compleja" y denotaría cierta artificialidad visualmente: "No parecerías muy normal si tuvieras algo detrás de tus orejas", indica.
Ante esto, la empresa ha simplificado el proceso y ha optado por situarlo en la parte superior de la cabeza. De este modo, se desplazaría una parte del cráneo, se introduciría un implante de forma redonda, así como los cables, y después se repondría la pieza extraída. Neuralink es "completamente invisible", porque el cráneo tiene unos 10 centímetros de grosor y el chip estaría escondido tras esta capa. Dentro de la cabeza del individuo, a pesar del diminuto tamaño del implante (23 milímetros), todo un universo eléctrico cumpliría sus funciones: 1.024 canales y un megabit de información.
Tres posibles estados, tres cerdos: las pruebas de Neuralink
En su presentación, Elon Musk hizo uso de tres cerdos. La intención era mostrar lo mucho que se ha avanzado hasta ahora; básicamente, porque se han cumplido las tres fases que podría pasar una persona con el chip. Al primer cerdo no se le ha implantado nada: en su jaula, ante los espectadores, corretea sin más, comiendo de la mano de su cuidador.
El segundo cerdo, igual que el primero, se pasea alegremente por su cerco. Pero este sí ha probado el Neuralink, aunque se lo han extraído: "Esto demuestra la reversabilidad. Si te lo quieres quitar, o quieres instalar alguna actualización, después vas a estar igual de feliz", señala Musk.
El tercer cerdo es el más valioso para el empresario: "Hace dos meses que tiene el implante y funciona perfectamente". Mientras se muestra su estado, un sonido invade los altavoces del recinto. Son múltiples pitidos, que representan las señales neuronales que transmite el cerebro del animal. Según el fundador de Space X, es posible tener "múltiples chips implantados", en principio sin problemas para el que lo porta.
Siguiente paso: estudios clínicos
Pese a los avances realizados en animales, aún está pendiente el último paso —y el más importante— de este tipo de proyectos: el inicio de las pruebas con humanos. Según Elon Musk, el pasado mes de julio la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos) catalogó el Neuralink como "dispositivo innovador" en la trata de enfermedades. Tener el visto bueno de esta compañía acelerará las pruebas clínicas y, como señala el empresario, "pronto se realizará el primer implante en personas". No obstante, todavía tendrán que superar algunos filtros y hacer más "tests de seguridad".
Durante la presentación del producto también se debatió sobre el precio de lanzamiento que el Neuralink podría tener y cómo este se va a reducir con el paso del tiempo. La primera pregunta, tal y como responde Musk, no está clara: "Creo que el precio de lanzamiento no es representativo, porque va a ser mucho más caro", expresa.
Ahora bien, con la segunda pregunta, es decir, a qué precio se podría comprar el chip una vez se haya extendido, Musk da alguna pista más: "El precio caerá muy rápido, queremos que su coste sea el más bajo posible, por lo que finalmente podría costar tanto el dispositivo como la operación unos pocos miles de dólares", responde.
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Musk ha insistido en que, además de mostrar los avances efectuados en el proyecto, uno de los grandes objetivos de la presentación es "reclutar" personal: "No queremos recaudar dinero ni nada parecido; nuestro propósito es convencer a gente brillante para que venga a trabajar con nosotros. Necesitamos ayuda para hacer que cada persona que quiera un Neuralink, efectivamente tenga uno", concluye.