La impresora utilizada en Australia por investigadores del Victorian Organic Solar Cell Consortium tiene la particularidad de que puede imprimir células o paneles solares de material orgánico a tamaño A3 en su equivalente en papel convencional.

Esta técnica permitirá en el futuro recubrir ventanas y tejados, creando una gran fuente de energía renovable y más barata. La potencia eléctrica generada por estos paneles fotovoltaicos orgánicos es de entre 10 y 50 vatios por metro cuadrado dependiendo de la cantidad de luz solar recibida, aunque los investigadores aseguran haber alcanzado picos de hasta 80 vatios en el laboratorio.

El proceso de impresión se realiza por transferencia en el que polímeros orgánicos semiconductores con propiedades similares a las del silicio utilizado en los paneles solares convencionales. Estos se diluyen en líquido para poder ser utilizados de forma similar a la tinta.

El soporte de impresión puede ser una lámina flexible de plástico transparente, que a la vez hace que el panel sea semitransparente, u otras superficies tales como el acero.

Según los investigadores el objetivo a corto plazo es aplicar los paneles solares impresos en la electrónica de consumo y en pequeños aparatos electrónicos.

Aun así, a pequeña escala puede servir para alimentar o cargar las baterías de aparatos con pocas exigencias energéticas. Incluso puede tener aplicaciones en señales de tráfico o carteles publicitarios iluminados sobre los que se imprimiría directamente el recubrimiento fotovoltaico.