Hace 25 años no tardaba en responder a una pregunta simple, pero el Alzhéimer ya estaba allí, tampoco tardaba en hacer un puzzle, pero el Alzhéimer también estaba allí. El problema es que esta enfermedad se diagnostica cuando el daño neuronal ya es extenso e irreversible. Hasta hoy, porque Fernando y el equipo de investigadores españoles y japoneses al que pertenece, han descubierto una serie de biomarcadores que detectan la enfermedad más de dos décadas antes de que se manifieste.
"Personas absolutamente normales que no tienen ningún síntoma de la enfermedad, tienen acumulada una proteína que se llama Amiloide y al mismo tiempo una serie de alteraciones funcionales", explica Fernando Maestru, director del Laboratorio de Neurociencia Cognitiva UCM-UPM.
Lo detectan a través de una magnetoencefalografía, de manera nada invasiva, y en cinco minutos. "Es una tarea muy completa que permite evaluar las diferentes fases de la memoria, el aprendizaje, el mantenimiento y la recuperación de información", explica.