Este martes 8 de noviembre, la Tierra, el Sol y la luna se alinean de tal manera que la sombra de la Tierra cubrirá "totalmente" la luna: sí, estamos hablando de un auténtico eclipse lunar total. Coincidiendo con la fase de luna llena del mes de noviembre, este evento astronómico hace que nuestro satélite natural se tiña de color rojizo, razón por la cual a este fenómeno también se le conoce como 'luna llena de sangre'. Sin embargo, no será un evento visible desde España, ni siquiera desde cualquier otro punto de Europa: en esta ocasión, las zonas indicadas para poder disfrutarlo serán el continente americano, Asia y el Pacífico.

Los espectadores de Alaska y Hawái tendrán la oportunidad de ver todas las etapas del eclipse si bien desde la NASA sostienen que el mejor punto para poder disfrutar del eclipse lunar total es "la costa este de Estados Unidos", y también algunas zonas del Caribe: Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia y partes de Perú y Venezuela. El eclipse empieza sobre las 4:00 de la madrugada (10:00 hora peninsular española), pero será entre las 5:15 y las 7:00 (entre las 11:15 y las 13:00, hora peninsular española) cuando se den las mejores circunstancias para verlo en directo.

Desde la NASA han puesto a disposición de quien lo desee una retransmisión en directo para seguir el eclipse lunar en 'streaming', pero no solo para ver las diferentes fases del mismo, sino también con las explicaciones de expertos para poder entender mejor este fenómeno.

¿Por qué la luna se tiñe de rojo?

Tal y como explica Francisco Andolz, director de operaciones de la sonda de la NASA Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), durante este tipo de eclipses la luz del sol atraviesa "el filtro de la atmósfera de la Tierra" antes de llegar a la Luna. Su color rojizo o anaranjado "espectacular" se debe a que "en ese momento en el que (la luna) pasa por la sombra de la Tierra, los atardeceres se reflejan en la luna".

"La luz roja, naranja y amarilla, con mayor longitud de onda, atraviesa la atmósfera y llega a la luna" y es esta la que se refleja de tal manera que desde la Tierra el satélite se convierte en una gigante bola anaranjada.