Según ha informado la agencia oficial KCNA, la noticia fue anunciada durante una visita del líder del país,  Kim Jong-un, a una fábrica este fin de semana.

Kim Jong-un fue informado de las "funciones, la calidad y el embalaje del teléfono Arirang", según un responsable norcoreano citado por KCNA.

Expertos y analistas piensan que el teléfono permitirá el monitoreo de las llamadas y que podría ser fabricado en China, aliada de Pyongyang. "Pese a la información de KCNA de que los teléfonos están fabricados en la planta, probablemente han sido encargados a un fabricante chino y enviados a la planta donde son inspeccionados antes de que salgan a la venta", dijo Martyn Williams, que dirige el portal North Korea Tech. Steven Millward del portal Tech In Asia es de la misma opinión. "Probablemente, todo el smartphone está fabricado en China y sólo el ensamblado final se hace en la austera planta que Kim Jong-un visitó.

Aunque prácticamente no hay acceso a internet en Corea del Norte, el país no está totalmente cerrado a las telecomunicaciones.
En 2008 se introdujeron los primeros teléfonos móviles gracias a una empresa conjunta con la compañía egipcia Orascom, que asegura que existen dos millones de usuarios en el país.

En 2002 se introdujo un intranet nacional y algunas instituciones estatales tienen sus propias páginas en la web. Aunque se trata de un avance natural en un país empobrecido necesitado urgentemente de inversiones, las autoridades sopesan cuidadosamente su potencial perturbador. Los suscriptores de la única compañía que hay en el país, Koryolink, pueden llamarse entre sí, pero no al extranjero.

Pese a los esfuerzos del régimen, el muro informativo que ha erigido empieza a resquebrajarse. El contrabando de teléfonos móviles chinos permite a la gente que vive cerca de la frontera con China conectarse a servidores chinos y realizar llamadas internacionales, y las antenas parabólicas permiten ver programas de televisión extranjeros. Algunos expertos defienden que la creación de Arirang es un intento del régimen comunista de Pyongyang de poner coto a esta llegada de móviles, que suponen una amenaza para el poder.

Según la KCNA, Kim instó a las personas que están desarrollando el "Arirang" que desarrollen un producto que "ofrezca lo mejor a los usuarios al tiempo que garantiza estrictamente la seguridad".