Alejandro tuvo dos desprendimientos de retina consecutivos. Perdió un ojo a los diez años y otro a los 16 años. "Te das cuenta de que te pones mas limitaciones, supone una mayor dependencia y hasta que lo asumes pasa bastante tiempo", cuenta Alejandro.
Su perro Dique le acompaña a todas partes. Y ahora, además, tiene la ayuda de un aparato, 'Orcam My Eye', un dispositivo de inteligencia artificial que tiene funciones como, por ejemplo, decir la hora.
Tareas cotidianas como leer el menú de un restaurante se convertían en un suplicio para Alejandro. Ahora, solo con mostrar la carta a la cámara todo es más sencillo.
El dispositivo ofrece muchas opciones para facilitar el día a día de personas invidentes. Fabio Rodríguez, responsable de 'Orcam' en España explica que las gafas permiten "la lectura de cualquier texto impreso, reconocimiento de productos, colores y rostros". "Puede almacenar hasta 100 caras de personas cercanas a ti", añade.
Diferenciar entre unos productos y otros también es más fácil. Incluso para pagar en el supermercado las gafas echan una mano a Alejandro. "Para mí es uno de los mejores avances en discapacidad visual que ha habido", asegura Alejandro, que dice que, gracias a las gafas, "ganas autonomía e independencia y vuelves a tener ilusión por muchas cosas".
Este aparato está en el mercado, aunque todavía lejos de muchos bolsillos. Trabajan para que en un futuro esta tecnología sea cada vez más asequible para todos.
Publicado en 'Science'
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Para ello, los investigadores de la Universidad de Stanford han aplicado de manera tópica un colorante alimentario común y ello ha permitido observar sus vasos sanguíneos y el funcionamiento de los órganos y los músculos.