ciencia

La desaparición de las mariposas: varias zonas europeas han perdido la mitad de su población y EEUU hasta un 22%

¿Por qué es importante? Diversos estudios recientes advierten sobre la disminución de estos insectos polinizadores en Estados Unidos y Europa, atribuida a la pérdida de hábitats y al cambio climático.

HOGARMANÍAPlantas que atraen las mariposasHogarmanía

A días de que las flores vuelvan a estación y la lluvia pase, habrá un vacío en el aire. La mariposa, ese personaje sutil del paisaje, cada vez será menos frecuente.

Diversos estudios científicos alertan de una preocupante desaparición de los lepidópteros en varias zonas de España y Europa. En Estados Unidos, la situación es igualmente alarmante: en lo que va de siglo, han perdido casi una cuarta parte de su población.

Una investigación publicada en la revista Science confirma la gravedad del problema: en Estados Unidos, las mariposas están desapareciendo a un ritmo que los científicos califican de "alarmante". Entre el año 2000 y 2020, la abundancia total de estos insectos se redujo en un 22 %.

Más de 100 especies han disminuido en más del 50 %, y 22 han sufrido pérdidas superiores al 90 %. Este declive es más acusado en las regiones del sur, donde el calor extremo y las sequías, agravadas por el cambio climático, han acelerado la crisis.

En Europa, el paisaje y la biodiversidad no son ajenos a esta catástrofe.De acuerdo a la información citada por National Geographic, en el Reino Unido, el 8% de las especies residentes desaparecieron por completo, mientras que en los Países Bajos, el 20% de las especies se extinguió. Desde 1990, la población total de mariposas en esta última nación se redujo a la mitad.En Bélgica, las cifras muestran una pérdida aún más pronunciada. En la región de Flandes, el 29% de las especies desapareció, mientras que el número total de ejemplares se ha reducido en un 30% en los últimos 30 años.

Los tres países comparten una combinación letal de amenazas: alta densidad de población y urbanización, que ha reducido su hábitat; una agricultura intensiva basada en monocultivos que limitan la biodiversidad, y el uso masivo de pesticidas. A esto se suman el cambio climático y el abandono del campo, que agravan aún más la crisis.

Además, los últimos datos del Indicador de Mariposas de Pradera, un índice de la Comisión Europea utilizado para medir la biodiversidad de los insectos, revelan un descenso del 32 % en la Unión Europea y del 36 % en todo el continente.

Aunque en España solo se disponen de datos recientes, lo que dificulta la identificación de tendencias a largo plazo, en Cataluña los registros permiten trazar un panorama preocupante: entre 1994 y 2024, la población de mariposas se ha reducido en un 39 %, según Constantí Stefanescu, ecólogo del CREAF, quien lleva décadas estudiando estos insectos en la cuenca mediterránea.

Este declive recuerda que las mariposas no son solo un símbolo de belleza efímera o los personajes encantadores de los cuentos. En la vida real, son polinizadores esenciales, eslabones vitales en un ecosistema que tambalea. Aunque muchas personas piensan primero en las abejas, las mariposas (y las moscas) también tienen un papel crucial. En Texas, por ejemplo, su labor en la polinización del algodón genera 120 millones de dólares al año, según un informe de la Universidad Estatal de Michigan.

Las mariposas no solo son fundamentales para el ciclo de los nutrientes, sino que también sirven de alimento para otros organismos, como las aves. En los últimos 50 años, Norteamérica ha perdido casi 3.000 millones de aves, un declive que sigue una pauta alarmantemente similar al de las mariposas, señalan los autores de estos estudios.