Los robots ya son capaces de matar, y lo hacen. Por ejemplo, los drones, pero una persona siempre está detrás de esa orden. No lo decide la máquina... todavía. Esa peligrosa línea podría cruzarse en pocos años, con la creación de 'robots asesinos'.
Las garantías de que no atacara a objetivos civiles son nulas. Los sistemas de visión artificial son comparables, según los expertos, a la visión de un niño pequeño.
De llegar al mercado, tendría múltiples usos: atacar a otro en la guerra de Siria, vigilar y actuar en la inabarcable frontera estadounidense, incluso controlar masas en manifestaciones.
El robot tendría que ser capaz de controlar el nivel de violencia que emplea o de decidir si mata o no a un supuesto enemigo.
Nadie podría sentar en el banquillo a un robot para que respondiera por sus crímenes. Ni evitar que cayeran en manos de criminales. Las ONG quieren que la ONU prohíba la fabricación de estos soldados robóticos antes de que salten de la ciencia ficción a la realidad.
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Bluesky se presenta como una red social 'sana', una réplica del antiguio twitter, creada por un exfundaror. Y la promesa de una red social de código abierto, sin el control de una única compañía y descentralizada.