Las olas de calor extremo, el deshielo de récord en el planeta y la temperatura de mares y océanos sin precedentes es lo que vemos de la emergencia climática. Detrás, a la sombra, está el camino hacia la extinción.

Los expertos ya hablan de caos climático: hay documentadas 700 extinciones de especies vertebradas y unas 600 de plantas (en 500 años). El riesgo de extinción será 10 veces mayor con un aumento de tres grados y los 50ºC serán habituales a finales de este siglo.

Todo esto influye en los cultivos. En concreto, ya se ha reducido a nivel mundial un 5% la productividad del maíz, el trigo y el arroz, y en España podríamos perder cultivos tradicionales como la vid.

Eloisa Molina, de World Vision, afirma que "45 millones de personas en 43 países pasan hambre", y "sin duda el cambio climático es una de las causas principales en este tipo de contextos".

Las cada vez más altas concentraciones de CO2 en la atmósfera afectan, también a la calidad nutricional de nuestros alimentos. Fernando Valladares, del CSIC, asegura que "hace que muchos alimentos tengan una mayor cantidad de carbohidratos que proteínas por lo que su valor nutritivo va disminuyendo". "Los vegetales, la carne que estamos comiendo no tiene mucho que ver con la de generaciones anteriores", ha aseverado.

Además muchos de los cultivos que en las condiciones mediterráneas funcionaban bien, como el vino o el aceite en el caso de España, ahora empiezan a tener dificultades y se ven obligados a migrar. "El olivo va a poder cultivarse cada vez más al norte, pero en la zona del sur están empezando a fallar algunas cosechas", ha advertido el experto.

Algo parecido ocurre en los océanos, donde desde hace años asistimos a la muerte masiva de algunas especies protegidas. El calor es cada vez más sofocante y largo en el tiempo, lo que obliga a las especiales habituales a migrar a zonas más frías, hacia los polos.

Ricardo Aguilar, Jefe de expediciones de OCEANA, ha insistido en que "especies como la anchoa o la caballa migran más al norte, y otras especies como el bacalao que no pueden ir más al norte están teniendo ya problemas para reproducirse".

Pero lo peor, dicen los expertos está por llegar: el sistema de las grandes corrientes marinas podría verse también modificado, como la corriente cálida del Golfo, un muro de contención marina que protege a Europa de las gélidas aguas del ártico. "Si desaparece podría llegar esa corriente fría mucho más abajo, hasta nosotros. Nos podría llevar casi a una nueva era glaciar en Europa", asegura Aguilar.