Según lo publicado en el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, Google tiene planes muy ambiciosos en el terreno automovilístico. La compañía se ve como un pionero en este campo y en 2017 podría lanzar coches con autocontrol. Uno de los fundadores de Google, Sergey Bin, declaró que desea construir uno propio en vez de colaborar con otros fabricantes de coches.

La compañía ya ha empezado a presionar a los fabricantes de vehículos para que incluyan tecnologías de auto-conducción y se pongan en marcha las leyes reguladoras para este sistema.

Algunos fabricantes como la propietaria de Mercedes Benz, Daimler AG, ya quieren incluir los procesos de automatización en algunos modelos para permitir que en un atasco, por ejemplo, el coche pueda responder de manera autónoma.

Los coches del modelo Clase C de la marca, incluirán el próximo año un sistema por el que podrán aminorar o acelerar la marcha de forma autónoma en función de la velocidad del vehículo que le precede.

El precio de estos sistemas es un problema para los fabricantes y los usuarios, pues, el gigante de Internet ya dispone de una pequeña flota de coches con conducción autónoma asociada con la marca de automóviles Toyota con un coste de 150.000 dólares, alrededor de 112.000 euros, cada unidad.

Google tiene por delante una dura tarea para afrontar si quiere lanzar su propia gama de coches autónomos: por un lado, deberá reducir los costes de estos vehículos y de su fabricación, y por otro lado, solventar las leyes reguladoras para legalizar este tipo de conducción.

El proyecto de Google es similar al iCar de Steve Jobs, algo que el cofundador de Apple tenía en mente. En abril de 2013, Apple y Volkswagen formaron una alianza para que el iPhone y el modelo de coche Beetle se pudieran conectar a través de una aplicación especialmente desarrollada.