Los médicos diagnosticaron a Stan Larkin miocardiopatía dilatada familiar y fue necesario extirparle el corazón y esperar a un trasplante. En diciembre de 2014 el joven estadounidense fue operado y enganchado a una máquina que funcionaba como un corazón artificial cargado a su espalda.
Mientras llegaba el momento de ser sometido a un trasplante, Larkin consiguió sobrevivir 17 meses. Su caso se ha convertido en todo un ejemplo de superación y de buen hacer de la comunidad científica.