Todavía queda algún romántico colgado de estos teléfonos, pero la realidad es que las cabinas están al borde de la extinción. Con la llegada de los móviles e Internet cada vez son menos los que las utilizan. Los más jóvenes incluso desconocen cómo funcionan
Las cabinas telefónicas tocaron techo en 1999 cuando alcanzaron su número máximo. Con el nuevo siglo llegó el declinar: actualmente hay 18.300. La mayor parte están en Madrid, Barcelona o las Palmas de Gran Canaria.
Forman parte del mobiliario urbano en los lugares más concurridos de nuestras ciudades, pero ya casi nadie repara en ellas.
De las cabinas actuales, 12.000 no son rentables, la mitad no cursa ni una llamada al mes. Francia, Bélgica y Dinamarca las han retirado e Italia está en ello.
Aunque la gestión de las cabinas se sacó a concurso este año, nadie ha querido hacerse cargo de ellas. Así que Telefónica tendrá que seguir ofreciendo el servicio mientras el Estado lo dicte.
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