En los últimos meses el cielo nocturno está brindando verdaderos espectáculos de luz y color, desde el paso del cometa Neowise hasta la luna llena del lunes pasado. Como si esto fuera poco, la luna ha adquirido un color rojizo durante las últimas noches de verano del que todo el mundo está hablando y ningún astrónomo tenía en su agenda.
Los más afortunados pudieron presenciar como la luna iba adquiriendo tonos anaranjados y rojizos mientras se posaba en lo alto de la bóveda celeste. Sin embargo, este color rojizo desaparecía al cabo de aproximadamente 30 minutos.
El aspecto de la luna era fácilmente confundible con el de un eclipse lunar que ocurre cuando el satélite terrestre pasa por la sombra de la Tierra. Sin embargo, este fenómeno no sucede todos los meses dado que la órbita de la Luna está inclinada con respecto a la de la Tierra-Sol, según explica la NASA.
Entonces ¿a qué se debe este fenómeno? Hablamos con el astrónomo José Ripero para tratar de explicarlo: “Se trata de una cuestión de contaminación causada por algún tipo de fuegos o explosiones, como la del Líbano”. Según señala el experto, “la luna adquiere estos tonos al pasar por las nubes, que tienen diferentes tipos de colores debido a la contaminación”.
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Por este motivo, conforme la luna va subiendo y dejando atrás las capas de nubes va perdiendo sus tonos rojizos y naranjas para volver a su color blanquecino.
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